Rummenigge y el espíritu de Augenthaler

Rummenigge se ha apresurado a crear una atmósfera especial. “Arderán hasta los árboles”, dice. Y añade que lo de Dortmund quedará en nada. Está claro que los viejos hombres del Bayern van por un lado diferente del de Guardiola, cuyo fútbol consiste en marear al rival, no en avasallarlo. Rummenigge sabe que el Madrid ha pasado muchas veces las de Caín en suelo alemán y ahora invoca algo que podríamos definir como ‘el espíritu de Augenthaler”, aquel de los cuernos en el Bernabéu. El Bayern ofreció en el Bernabéu un juego pausado junto a una conducta seráfica. No era el Bayern de tantas otras veces.

Visto el partido del Bernabéu, la imagen es que Guardiola ha afeitado ese toro. ¿Será capaz de relanzar su agresividad de aquí al martes? Eso es lo que pretende Rummenigge con su proclama. El Bayern atacará, seguro, como hizo al final del partido del Bernabéu, llevado por la desesperación. Pero allí los goles que valdrán más serán los del Madrid. El Bayern perdió su turno para marcar fuera. Un poco, digámoslo, por culpa de Casillas, que le paró a Götze un remate calcado a aquel di Iniesta que nos hizo campeones del mundo. Un gran portero es el que resuelve cosas así, en instancias decisivas.

En cuanto al Chelsea, ahí queremos ver todos a Mourinho. El otro día renunció a pisar el otro medio campo. ¿Qué hará ahora? Desde luego, Simeone no va a correr riesgos, no es su turno. El resultado es peor que el del Madrid, pero no es malo. Los apostantes le ven finalista antes que al Chelsea, como ven finalista al Madrid antes que al Bayern. Las apuestas se han dado la vuelta tras los partidos de ida, tanto por los resultados como por el juego que se ha visto. Mientras, Sevilla y Valencia disputaban anoche su semifinal de ida. Más allá de los resultados que estén por llegar, nuestra Liga está dando un zapatazo.