A James le sienta el blanco de cine

Desde la irrepetible presentación multitudinaria de Cristiano (¡85.000 aficionados abarrotaron el Bernabéu!) y la de Kaká (55.000), no se había visto semejante pasión para dar la bienvenida a un fichaje del Madrid. James Rodríguez se ha ganado el corazón del madridismo desde el primer día. Le sienta el blanco como a los niños el traje de la Primera Comunión. El chaval besó el escudo con el amor sincero que desde que era un chiquillo, en las calles de Cúcuta, ya profesaba por la camiseta blanca. Él mismo reconoció que este era su sueño infantil y lo ha cumplido con sólo 23 años. Pero no llega como una gran promesa, sino como una bendita realidad. Es el Bota de Oro del Mundial y eso que no jugó ni las semifinales ni la final. Metió el mejor gol del campeonato y lleva en la espalda ese ‘10’ que desde el mítico Puskas ha estado dignificado por cracks como Velázquez, Netzer, Gallego, Laudrup, Figo o Sneijder. Los 45.000 que coparon las gradas del Bernabéu destilaron puro sabor colombiano. En el país cafetero, James es ahora mismo una celebridad a la misma altura de Falcao. El crack sabe que viene a sumar y ya forma parte de una plantilla diseñada para afrontar con garantías el mágico reto del Sextete.

La gente que me pregunta si esto supondrá el final de Isco les digo que en absoluto. Para ganar seis títulos es necesario tener dos jugadorazos por línea. Además, la versatilidad de James le permite también jugar de falso ‘9’, vencido a una banda o incluso de mediocentro creador. El caso es que con la anunciada llegada de Keylor, los fichajes de Kroos y de James y la posible contratación de Falcao, Ancelotti tendrá el Madrid de las Maravillas.