Bernabéu, Himno, problemas y soluciones

Supongamos, y pienso que así será, que la Federación traslada hoy al Madrid el deseo de los dos finalistas de la Copa de jugar en el Bernabéu. Supongamos que Florentino contesta en tono cortés y firme que el Madrid siente un honor la elección, pero que le consta que a una gran parte de la afición le desagrada mucho la perspectiva de que en su campo se pite al Himno y al Rey. Supongamos que condicione la cesión a un llamamiento conjunto e inequívoco de los dos presidentes, Urrutia y Bartomeu, a los suyos, pidiéndoles una conducta correcta para con los símbolos de la Nación Española.

Supongamos que lo hacen. En ese caso el Madrid haría bien en ceder el campo. Luego seguirían o no las aficiones la consigna, pero algo se habría ganado: un inequívoco pronunciamiento de los dos clubes. En el peor caso, la pita sería menor y los chiflantes quedarían señalados. Supongamos ahora que no hacen el llamamiento porque se alineen en la ‘doctrina Mas’. Bueno, pues en ese caso Florentino haría muy bien en no dejarles el campo, en trasladar la cuestión a Valencia o Sevilla, o donde quiera que se busque después. El Madrid no deja su casa a quien no haga propósito de buena conducta.

Porque ese Himno al que Mas no encuentra mal que se pite es el de los dueños de la casa que Barça y Athletic piden para la final. Tanto como les divierte a numerosos grupos de aficionados de los dos clubes pitar el Himno (y hemos tenido dos pruebas recientes) les disgusta a la gran mayoría de madrileños y madridistas, que lo respetan como propio. Yo querría que Florentino hiciera la propuesta y que Urrutia y Bartomeu se distanciaran de Artur Mas, que al fin y al cabo juega sus brindis al sol personales. Pero no tengo mucha esperanza. Aquí parece que gustan más los problemas que las soluciones.