El trato a Ancelotti es ya impresentable

Me gusta Ancelotti, por las mismas razones por las que me gustó Del Bosque. Son las mismas razones por las que ambos personajes desagradan a ese sector del madridismo, que siempre hubo, de pulsión autoritaria y supremacista. No son mayoría, pero sí una minoría cualificada, y disfrutaron con Mourinho. La mejor manera de desacreditar a Ancelotti ante ese sector es hacer correr eso de que es blando con los jugadores, de que entrenan poco. Esa gente ama el autoritarismo y aún añora a Mourinho, sin recordar que en su última Liga tiró la toalla en octubre y quedó a 15 puntos del Barça.

El caso es que tememos que el de hoy será el último partido de Ancelotti, cuya dignidad en la conferencia de prensa de ayer fue ejemplar. Hay bastantes cosas que me han repugnado del florentinato (alguna me ha gustado, no crean) pero el trato que se está dando a Ancelotti figurará entre las principales. Es un personaje en su profesión, un personaje de verdad grande, como jugador y como entrenador. Se ha manejado bien con una plantilla mal cuadrada por culpa de las ventoleras de su presidente. Ha sido respetuoso con este, cosa que al revés no está ocurriendo. Y ha quedado cerca de los objetivos.

Se irá, pero al menos dejará la reconquista de la Champions. No crean que Florentino ha ganado tantas: sólo dos (las mismas que Lorenzo Sanz en mucho menos tiempo), una con Del Bosque y otra con Ancelotti. Tampoco ha ganado muchas ligas: tres en sus doce años de mandato. Es un palmarés que desmerece del que heredó como Mejor Club del Siglo XXI. Lo disimula con sus fichajes caros y su palco glamuroso, pero es lo que hay. No, no le sobra Ancelotti, sino que le falta un mínimo de estructura para concebir la plantilla. Pero, ¡sería tan cansado discutir los caprichos con alguien!