La selección fue durante los gloriosos 80 un espejo único para una generación de jóvenes que llevaban en sus carpetas los rostros de Fernando Martín, Solozábal, Corbalán, Epi, Iturriaga, Llorente o Margall, convencidos de que la fiebre del básket era auténtica. Llegó la cita olímpica de Los Angeles, el añorado Díaz Miguel lucía megagafas de diseños fashion y España llenaba de legañas los rostros de miles de ciudadanos que trasnochábamos para ver a estos héroes colgarse una medalla de plata para el recuerdo.
Diecisiete años después, nos negamos a pensar aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Creemos en esta selección de Javier Imbroda, en la paz social que han impuesto Segura de Luna y Pepe Sáez en la Federación Española y, por supuesto, en el equipo liderado por Gasol, Raúl López y compañía. En Turquía puede renacer el viejo espíritu musical de Los Nikis: "España va ganando a Yugoslavia...".