El arrepentido Garcés fue el único ovacionado ayer

ACB | Estudiantes 68 - Alicante 85

El arrepentido Garcés fue el único ovacionado ayer

El arrepentido Garcés fue el único ovacionado ayer

chema díaz

El Alicante apabulló al Estudiantes de principio a fin

El Estudiantes sigue instalado en la resaca de junio por el subcampeonato liguero. En ese estado aparece sin ritmo, sin concentración, sin intensidad, y de esa manera es imposible que Sergio Rodríguez pueda brindar su juego a la afición. Ya se sabe, los entrenadores amarran lo indecible, y aunque el equipo pierda sin remisión (53-81), se confía el juego al veterano (Azofra) para que maquille el varapalo.

Ayer la estrella era Rubén Garcés. La afición le recibió como un nuevo ídolo, con una ovación cerrada como premio a su increíble comportamiento en el reciente Real Madrid-Estudiantes. El entrenador local le mantuvo de entrada en el banquillo, pero cuando apareció el panameño ya con el marcador cuesta arriba, parecía que era la hora colegial.

Pues no. Garcés jugó bien, aunque oyó murmullos por sus errores en los tiros libres, y se lesionó en un mate a un minuto del final. Se lastimó la pierna de la patada a Herreros en los minutos de la basura, y luego se enfrentó a la prensa para pedir disculpas: Lo que hice el domingo no tiene excusa. Yo no soy así, y no quiero ser mal ejemplo para los chicos. Fue un lance muy triste en mí carrera deportiva.

El que sacó petroleo de la situación del Estudiantes (no ha ganado ni en la pretemporada a sus rivales de la ACB) fue el Alicante, que jugó bien, desde el salto inicial, que se aprovechó de todas las deficiencias del equipo de casa.

Nacho Rodríguez impuso el ritmo, leyó de manera extradordinaria el juego en el dos contra dos y búsqueda del compañero en el lado débil, siempre con metros suficientes para el tiro y la penetración.

Como el Alicante maniató el tiro exterior colegial, y como sus pívots igualaron a los de casa, ganó con facilidad dominando todos los cuartos.