España sólo se cruzará con EE UU en la final

Inevitablemente, España selló ante Japón el 5-0 que se le presumía. Ese primer puesto del Grupo B deja a la Selección ante una travesía de rivales con puntos controvertidos. Para empezar, un viaje a Saitama, suburbio de Tokio, que empezó en plena madrugada de ayer, con infernales horarios de traslados. Y el sábado a las 13:00 h. (La Sexta negoció para evitar que fuese a las 10:00), ya en el Saitama Super Arena, el primer cruce a vida o muerte, octavos ante Serbia (todavía con jugadores nacidos en Montenegro, e incluso en Bosnia). En cuartos de final llegaría el ganador del Italia-Lituania. EE UU está fuera del libro de ruta hasta la final. Y con EE UU, también queda apartado del mapa español el síndrome del aciago cruce olímpico en Atenas 2004.

Así que, tras alguna confusión que se extendió incluso a ciertas autoridades de la FIBA, España se enfrenta al equipo heredero del vigente campeón mundial en Indianápolis 2002. Decimos "heredero" porque no hay otro remedio. Entre esta Serbia y aquellos campeones hay un abismo. Precisamente en aquel Mundial de 2002, España empezó una racha de victorias sobre Serbia que ha continuado y que ya va por 4-0 en partidos oficiales, más otros cuatro amistosos entre 2003 y 2006. La última derrota de los españoles ante la ex Yugoslavia fue en las semifinales del Eurobasket 2001, en Estambul.

Pero aquel equipo de plavis, de los azules balcánicos, sí que estaba cerca a las mejores Yugoslavias. Y el campeón del Mundial de 2002 abrochó el título con los más grandes: el mejor Bodiroga, el fusilero Stojakovic, Vlade Divac, en capitán gran veterano, Drobnjak, Gurovic, Radmanovic... ninguno de ellos está en Japón.

Con excepción de Milicic, a esta Serbia que ha reunido Dragan Sakota le faltan sus hombres altos de la NBA: Krstic y Rebraca. También, los tiradores y bases de élite que cobran en la gran liga estadounidense: Stojakovic, Jaric, Radmanovic. Más figuras, lejos de Japón: Tomasevic y Gurovic. A los que quedan, con Rakocevic y Milicic al frente, España les pasó por encima en los dos amistosos más recientes. Pero, como dice Pepu, "no cabe duda de que este partido será distinto".

Italia.

Después, en cuartos, llegaría la dura nazionale italiana, que apretó a EE UU en el primer tiempo, pero sin pasar de ahí. O, si hay sorpresita, la anárquica banda de Lituania. Después, en semifinales, tocaría Argentina con el cuchillo entre los dientes. Mientras, EE UU librará batallas por la otra parte del cuadro. Por ejemplo, con Grecia o con la Alemania de Nowitzki. Ese Dirk que ayer descargó 47 puntos sobre Angola, un día después de haber anticipado en AS una final entre España y EE UU. Esa final está servida. Ahora hay que agarrarla, pasando sobre los cadáveres de Serbia y de Lituania o Italia.