"Lo que está haciendo Marta Fernández es increíble. Muy pocas europeas han ido a la WNBA y han salido de titulares desde el primer partido. Creo que están muy contentos con ella y es un orgullo para el baloncesto español". Lo dice Amaya Valdemoro, tres veces campeona de la WNBA (ahí la tienen en las fotos junto a Bill Clinton y George W. Bush) con Houston Comets. Ella sabe mejor que nadie lo duro que es hacerse un hueco en la mejor liga del mundo. "A mí se me hizo un poquito más, porque fui sin saber hablar inglés. Es una competición muy profesional, tremendamente exigente. El juego es más físico y los viajes se hacen un poco pesados, al menos en mi caso".

Amaya reconoce que acabó con sus rodillas "hechas polvo" tras la dura experiencia americana. "Es un nivel de exigencia realmente grande. Además, jugaba la competición española, la WNBA y luego tenía que incorporarme a la Selección española. No tenías vacaciones. Era una reto y un gran sacrificio". Lo recuerda como una "experiencia maravillosa", aunque es un capítulo que ya ha cerrado. La siguen llamando, su agente recibe ofertas de franquicias estadounidenses, pero Amaya no volverá al basket USA. "¡Qué vaya la gente joven!", dice la madrileña (18-8-76). "Estuve cinco años allí y creo que es suficiente. Ahora prefiero acabar la temporada en Rusia, con el Samaria, y disfrutar de las vacaciones, de España, de mis amigos, de mis familiares. Ya tengo bastante estrés", comenta.

Octava española en la WNBA

Marta Fernández es la octava jugadora española en militar en un equipo de la WNBA. Antes que ella emprendieron la aventura Amaya Valdemoro (Houston Comets), que se proclamó campeones en tres ocasiones, Elisa Aguilar (Utah Starzz), Isabel Sánchez (Detroit Shock), Elisabeth Cebrián (New York Liberty), Begoña García (Detroit Shock), Marina Ferragut (New York Liberty) y Nuria Martínez (Minnesota Lynx). El camino está abierto. Marta ha sido la última, pero llegarán otras; sobre todo porque disputar la WNBA no te obliga a abandonar tu club en España.