El golf le apasiona a Pedro, así que ayer, a imagen de su admirado Nicklaus, se enfundó la chaqueta con la que el Hall of Fame premia a sus nuevos miembros. En el discurso posterior fue Miles Aiken, a quien tuvo a sus órdenes en el Real Madrid de los 70, quien tradujo sus palabras. Después no necesitaría traductor, ya que Pedro fue invitado al departamento de español del Springfield College, el lugar en el que James Naismith impartió clase. Si en enero de 1935 era Naismith, el padre del baloncesto en Massachusetts, donde hasta las matrículas del coche juegan al balón (The Birthplace of Basketball, El lugar en el que nació el baloncesto se lee junto al número), quien daba una conferencia, ayer fue Pedro quien habló allí de baloncesto. Coincidió con Brock, el entrenador jefe del College, a quien los ojos hacían chirivitas cuando escuchaba la explicación de la famosa canasta de Alocén. Historias de otro basket, del que se juega al otro lado del Atlántico. Y a disfrutar de una minisiesta antes de la gran fiesta televisada por ESPN Classic y el canal de la NBA. Y sólo una cosa que poder echar de menos: a Penélope Cruz gritando "Pedrooooooo".