Nowitzki vuelve a cruzarse con España

Italia en cuartos de final, así, de sopetón, no sonaba bien. Nos recordaba a mil frustraciones anteriores, a dos finales perdidas, al Mundial de fútbol de 1994, a sueños que tocamos y al final se esfumaron. Es cierto que la Italia de este Eurobasket es un chiste, pero la mayoría del equipo español prefería a Alemania. Y nosotros, los periodistas, también. Dirk Nowitzki, el mejor jugador del mundo y MVP de la NBA, es ahora el peligro. Sus compañeros, en cambio, asustan menos. Hay otros nombres (Femerling, Okulaja), aunque sus años mozos ya pasaron. Alemania es un equipo envejecido, que ha ido empeorando desde 2005, sin nuevos valores que acompañen a la gran estrella.

Su gran baza, Nowitzki al margen, es la cohesión, forman de verdad un grupo unido, que se conoce bien y tiene en la defensa un arma de cuidado. Otro Dirk, Bauermann, el seleccionador, dijo ayer que si repiten actuación defensiva pueden hincarle el diente a España. Bravuconada o no, hay que andar con ojo, porque este Dirk y el otro llevaron al equipo germano a la final del último Europeo. Una plata que lograron por encima de España, tras un lanzamiento de Nowitzki en los últimos segundos con Garbajosa pegado a él como una lapa. De nada sirvió. La canasta imposible encestada por el jugador total, un 2,13 que bota, tira y se mueve como un bajito.

Aquella derrota en las semifinales del Europeo de 2005 (73-74) no fue la única dolorosa a manos alemanas. En 2002, en el Mundial de Indianápolis, cuando esta Selección de ensueño daba sus primeros pasos, Alemania nos cerró el camino en cuartos (62-70). En el pasado Mundial vencimos por 21 puntos. Era la primera fase, ese es el matiz, no hablábamos de cruces. Retrocediendo 14 años, en el Eurobasket 93 también nos eliminaron. Incluso en Barcelona 92, en nuestros Juegos Olímpicos, nos superaron. Pocas derrotas, pero dolorosas. De hecho, Alemania sólo ha vencido a España en esos cuatro partidos en toda la historia, antes y después de la reunificación.

Pepu Hernández no estaba en el cargo cuando todo aquello sucedió y por eso cree que es agua que no moverá molinos: "No nos hace falta el aliciente de la revancha para que salgamos motivados".

El pasado amenaza, el presente, en cambio, le guiña el ojo a España. Alemania no ha mostrado en este torneo la capacidad para poner en apuros a la Selección. Ayer ganó a Italia, con mucha defensa, pero flojita en ataque. El lunes, Eslovenia le pegó una paliza espectacular: 77-47, la anotación más baja del campeonato. Reflejo de sus limitaciones. Las mismas que mostró ante España en sendos partidos de preparación este verano.

El primero, en Valencia, el 22 de agosto (77-61), el segundo, en Palma de Mallorca, seis días después (72-56). "Esos dos amistosos pueden resultar ahora positivos", reconoce Pepu. Más allá de Alemania al seleccionador le preocupa la pierna derecha de Navarro, la espalda de Felipe Reyes y el ojo izquierdo de Jiménez, que hoy visita al oftalmólogo y es duda para el partido. Si la Selección da la talla habrá semifinales y Nowitzki será historia.