Ya no es la Bomba. Desde ahora es Instant Grits (una papilla tipo Maizena). Juan Carlos Navarro debe ser un mago o algo así para que, siete entrenamientos después de llegar, ya tenga apodo. Y sea tan americano, de esos que dejan huella. Instant Grits, con 400 años, es la primera comida puramente americana. Fast-food muy recurrida en Atlanta y Georgia. Calentar y listo. Llegar y tirar. Anotar. Juan Carlos Navarro, que mira de reojo a Pau cada vez que Iavaroni da una instrucción buscando una traducción inmediata, debuta esta noche como jugador de Memphis Grizzlies. Es el séptimo jugador español que jugará en la NBA.
Se estrena, cosas de la vida, en Málaga, la ciudad en la que levantó su último título como jugador del Barcelona (Copa del Rey 2007). "Espero que jugando con una camiseta como la de los Grizzlies y sin ser rival directo, me aplaudan más", bromeó la Bomba. Navarro no conoce aún cuál será su rol en Memphis, si pronto será el séptimo hombre de la rotación o si Miller, Jacobsen y compañía le condenarán a un papel marginal. Pero eso es difícil pensar de alguien que dice: "Vosotros ya sabéis que no me corto".
De Gasol es más fácil prever. Su séptima pretemporada en los Grizzlies, su enésimo asalto a los playoffs, su intento por estar por segunda vez en el All-Star. A Gasol se le ve sobrado, con tablas, acostumbrado ya a pasear por estos escenarios siendo el jugador franquicia. "Pau es el jefe", admite Mike Conley Jr, el número cuatro del draft 2007, el hijo del campeón olímpico de triple salto en Barcelona'92. En Memphis manda Pau, y aquí están en España, con cierta presión por saber que una franquicia NBA no debe perder jamás en territorio europeo.
Málaga recibe a la NBA y a muchos se les antoja un sueño. Hace casi 30 años, Sergio Scariolo tenía 18, era becario de su maestro Riccardo Sales y en el equipo del Pinti Inox de Brescia jugaba Mike Iavaroni, hoy entrenador de los Grizzlies. Hace 28 años, el baloncesto en Málaga era una ilusión, pero todavía estaba en los huesos. Quién podría pensar, cuando Estados Unidos pasó por Málaga en el Mundobasket de 1986, que 20 años después una franquicia de la NBA iba a jugar un partido amistoso contra el Unicaja, y que el equipo de la ciudad iba a ser el orgullo de todos y su nombre sonaría en las tertulias de los nobles del baloncesto. Málaga se siente de enhorabuena y recibe con felicidad a la NBA. "Grizzlies", suena el grito de guerra al final del entrenamiento. A Instant Grits Navarro le gusta más gritar en la pista. Le vemos hoy en Málaga.
Gasol :"Son partidos peligrosos"
"Estos partidos son peligrosos. Será bonito jugar contra los compañeros de la Selección porque luego durante el año se les echa de menos".
Navarro: "No ha habido novatadas"
"El trato es muy bueno. De momento, no nos han hecho novatadas a Conley y a mí que somos los rookies. El ambiente es excelente en el grupo".
