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Los Knicks tocan fondo y hacen el ridículo en Boston
El marcador lo dice todo: 104-59. New York ha sido vapuleado por Boston y parece que la decepción constante que es desde hace tiempo el proyecto de Isiah Thomas ha alcanzado un punto de decadencia absoluta. Los Celtics, tras su derrota en Cleveland, no han tenido piedad de una franquicia histórica que vive sus horas más oscuras.
Si hay ocasiones en las que los datos hablan por sí solos, sin duda el Boston Celtics - New York Knicks ha sido una de ellas: 54-31 al descanso; 82-41 al final del tercer cuarto; 104-59 final. Esos son los actuales Knicks, capaces de hundirse siempre un poco más cuando parece que ya han tocado fondo.
Es difícil saber qué pensara el público del Madison Square Garden, que lleva tiempo pidiendo el despido de Thomas con insistencia. Es difícil saber qué pensará el propio Thomas o incluso los Celtics, que, tras el infierno que les hicieron pasar los Cavaliers, se han debido frotar los ojos ante la caricatura de equipo que tenían enfrente, cuyo máximo anotador (Robinson) ha sido el único en superar los diez puntos (11), y cuyas estadísticas dan para una película de terror. Es incomprensible que un jugador como Zack Randolph, de nivel All-Star, se quede en una serie de 1/10. Todo es difícil de explicar, pero la realidad es que los Knicks van camino de otra temporada desastrosa con una plantilla que, en teoría, debería dar para luchar por estar en los playoffs: Curry, Randolph, Marbury, Richardson, Crawford, Balkman, Lee...talento y contratos millonarios tirados a la basura por Isaih Thomas.
Para Boston el partido ha sido ideal: noche plácida para olvidar la derrota en Cleveland y mantenerse al frente de la liga (12-2). Ningún miembro del 'big-three' ha llegado a los 30 minutos de juego y han brillado suplentes como el novato Davis (13 puntos, 6 rebotes) o Eddie House (15 puntos). Junto a ellos, po supuesto, Allen y Pierce con 21 puntos cada uno.