Uno de los grandes nudos de la clasificación del Oeste, seguramente el más dramático, se va resolviendo, sobre todo por lo que respecta a Dallas Mavericks que, tras varias semanas de zozobra, tiene su presencia en playoffs prácticamente en el bolsillo tras ganar a Utah (97-94). Al mismo tiempo se disputaba un partido a cara o cruz en Oakland. Denver se impuso (105-114) a los Warriors en el gran duelo directo por la octava plaza. Ahora, los Nuggets toman ventaja (48-31 por el 47-32 de los Warriors) y se aseguran además la ventaja en caso de empate a victorias con los de Don Nelson, que se pueden convertir en el equipo con más victorias que se queda fuera de playoffs. La anterior marca era de Houston (45 triunfos en la 2000/01). Para evitarlo, necesitan ganar sus tres partidos (dos asequibles ante Clippers y Sonics y uno terrible ante Suns) y que Denver falle en dos de sus tres últimos compromisos (Jazz, Rockets y Grizzlies). Dallas ve todo ya con mucha más tranquilidad, con 50-29 y un calendario que les reserva dos duelos benignos (Portland y Seattle) y un final de temporada regular explosivo ante New Orleans. Así que todo apunta a que serán los Warriors los grandes damnificados del descomunal nivel de la Conferencia Oeste.
Denver, pese a sus lagunas competitivas de otras ocasiones, ganó el partido que tenía que ganar. Y lo hizo gracias a Iverson (33 puntos, 9 asistencias), Anthony (25 puntos, 9 rebotes) y JR Smith, que apareció desde el banquillo para anotar 24 puntos. Este demoledor trío levantó un partido en el que su equipo llegó a perder por 16 puntos en el primer cuarto ante unos Warriors lanzados por el tercer triple-doble de Baron Davis en la presente temporada (20 puntos, 10 rebotes, 11 asistencias). Ni los 20 puntos de Harrington ni los 29 de Ellis sirvieron tampoco para evitar una derrota fatal para los californianos, que fueron a remolque siempre en el segundo tiempo.
La magia de Nowitzki dispara a Dallas
Los Mavericks parecen lanzados desde que derrotaron a Phoenix. Vuelven a ser competitivos después de haber visto como peligraba seriamente su presencia entre los ocho mejores. Pero, todavía a tiempo, ha aparecido un Terry (21 puntos a los Jazz) que llevaba una temporada muy gris y, sobre todo, ha vuelto Dirk Nowitzki. Mark Cuban debe dar gracias a su equipo médico. La rápida recuperación del alemán ha salvado a un equipo que ahora parece sentirse de nuevo capaz de todo en los playoffs, aunque los afronten desde la comprometedora séptima plaza.
Nowitzki resultó imparable para la defensa de unos Jazz que habían minimizado recientemente a Spurs y Hornets. Firmó 32 puntos y anotó 4 de los 5 triples que lanzó, el último en el último segundo para romper un empate que había llegado cinco segundos antes tras otro milagroso, y afortunado, lanzamiento de tres de Deron Williams. El base (18 puntos, 12 asistencias) pudo con Jason Kidd y ratificó por enésima vez que él y Chris Paul son los grandes bases del futuro inmediato de la liga. Este final de infarto resolvía un partido jugado con mucha intensidad y alternativas en el segundo tiempo, cuando Dallas, mucho mejor en el arranque, sufría ante el acoso de otros dos jugadores europeos: Okur (19 puntos sin fallo en los triples y 14 rebotes) y Kirilenko (15 puntos). El lastre de los Sloan estuvo en la floja actuación de Boozer, que sólo tiró 9 tiros para terminar con 10 puntos y 5 rebotes. Los Jazz (52-27) pierden la oportunidad de seguir acosando a Lakers, Spurs e incluso Hornets en la clasificación del Oeste.
