Antes de empezar, Kobe Bryant ya sabía, a través de Los Angeles Times, que había sido nombrado por primera vez en su vida Jugador Más Valioso, el MVP de la NBA. Kobe ardió en motivación (por si le faltaba...), y antes del descanso (54-41), ya había cosido 24 puntos sobre las espaldas de los jazzmen de Utah: en menos de 20 minutos de ardiente acción real en pista.

La primera victoria de los Lakers sobre Utah Jazz no se pagaba muy alta en las apuestas. Utah llevaba menos de 40 horas de descanso desde su sexto y último duelo con Houston. Jerry Sloan, el gran entrenador de Utah, le tiene muchas ganas a Phil Jackson, que le arrebató dos finales de la NBA, 1997 y 98: Chicago Bulls contra el Utah de Sloan, Stockton y Karl Malone. Pero Dios, o sea Jordan, iba con Chicago.

Entre Sloan y Jackson han dirigido 2.065 partidos en la NBA y agrupaban, hasta ayer, 273 victorias en playoff. 274, con ésta de los Lakers de Jackson, siempre rodeado de ayudas más o menos divinas. Antes, Michael Jordan. Entre medias, Shaquille. Ahora, Kobe Bryant. El zen de Phil es así mucho más posible.

En los dos cuartos finales, Bryant ya no anduvo tan fino. Dejó de leer el partido y siguió en su zona, jugando para sí mismo, pero sin acierto. Exprimiendo energía, Utah aperreó lo que pudo, y a falta de cuatro minutos llegó a inquietar: 91-87. Pero cayó Boozer, cansado y eliminado por faltas. Y la actividad defensiva de Fisher castigaba a Deron Williams.

Al fin, Bryant se liberó de obsesiones, abrió para Gasol, y Pau firmó ocho puntos casi en fila: la sentencia. Segundo partido, miércoles en L. A. De ahí, a Salt Lake City, donde Utah ganó 37 de 41 partidos en la liga regular. A ver ahora.

Boston sentencia y Hornets galopan

En Boston, los Celtics firmaron el difícil 4-3 sobre Atlanta con un correctivo a los Hawks: 99-65. En semifinales del Este, Boston se mide ahora a Cleveland y Detroit avasalla a Orlando: 91-72. Y, en el Oeste, los Hornets galopan ante los Spurs: 101-82.