Paul sigue brillando pero el campeón resurge a tiempo

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Paul sigue brillando pero el campeón resurge a tiempo

Paul sigue brillando pero el campeón resurge a tiempo

Reuters

Necesitaban ganar los Spurs y lo consiguieron, aunque sufrieron mucho, especialmente en el primer tiempo, en el que fueron otra vez a remolque de unos Hornets espoleados por un espectacular Chris Paul. Al final, decidió la calidad y experiencia del big-three tejano y la serie, que ya apunta a larga, queda 2-1, todavía para los de Byron Scott.

No era raro pensar que San Antonio aprovecharía el primer partido en el AT&T Center para situar el 2-1 en su semifinal del Oeste ante los Hornets. De hecho los spurs lo lograron (110-99), a pesar de que se equivocaban los que pensaban que la pista del campeón podía pesar de forma fatal en los de Byron Scott. Al contrario que en los dos primeros partidos, esta vez no hubo exhibición local sino un triunfo sufrido y muy sudado que mete de lleno a los Spurs en la eliminatoria.

El arranque del partido desató el pavor en la grada tejana. Los insolentes Hornets no sólo no se amedrentaron por el ambiente infernal de playoffs que se crea en el cubil de los de Popovich, sino que salieron como un tiro para tener a unos imprecisos Spurs sin anotar durante tres minutos (0-8). Chris Paul, recién elegido, como no podía ser de otra manera, base del quinteto ideal de la temporada regular, firmó 14 puntos en un primer cuarto espléndido para mantener a su equipo por delante (21-23) a pesar de las primeras acometidas de un rival que basaba toda su potencia de fuego en sus tres estrellas, con Parker respondiendo a Paul (10 puntos en ese primer cuarto). El espectacular duelo se saldó con 31 puntos y 11 asistencias del francés y 35+9 de Paul.

El segundo cuarto también ofreció señales de peligro para los locales. Los Hornets respondían a todas sus embestidas. A la inspiración de Finley concentró 8 de sus 11 puntos en este parcial) que ponía por delante a su equipo (41-39) respondía West (al final, 23 puntos y 12 rebotes) y, tras un vibrante cuarto (33-33) se llegaba al descanso con los visitantes todavía al mando (54-56) y Duncan de nuevo sometido por la defensa de Chandler y West (5 puntos).

El campeón muestra sus mejores armas para remontar

Los Spurs sabían que se encontraban en un punto de no retorno, y que el 3-0 significaba en la práctica la rendición sin condiciones. Así que concentró todo su esfuerzo en sus armas tradicionales, defensa a ultranza y ataque al servicio de Parker, Ginobili y Duncan. Bowen, con 12 puntos logrados en 4 triples, puso su grano de arena, pero New Orleans resistió con entereza hasta los últimos tres minutos del tercer cuarto, momento en el que comenzó el vuelco definitivo al partido y en el que se pasó del 67-70 al 83-79. Duncan había resurgido para terminar con 16 puntos, 13 rebotes y 4 tapones, superando por fin a Chandler (12 puntos, 8 rebotes) en la guerra de la zona.

El último cuarto se jugó con la inercia inclinada ya hacia el lado tejano. Los Hornets aguantaron hasta el 90-88, momento en el que surgió la magia de Ginobili (finalizó con 31 puntos y 6 asistencias). El argentino, en menos de un minuto, enlazó 7 puntos en dos triples consecutivos, uno de ellos con tiro adicional. En shock, los Hornets se clavaron en 88 puntos durante más de cuatro minutos, en los que encajaron un parcial de 11-0 que dejaba el partido sentenciado (101-88). Quedaban tres minutos. Ni siquiera estos imponentes Hornets pueden aspirar a remontar esa distancia en ese tiempo en la guarida de los Spurs. O a llevarse el partido pese a no anotar durante casi la mitad del último cuarto. El 2-1 estaba servido.

Los de Byron Scott tienen todavía una gran opción de dejar la serie herida de muerte en el cuarto partido, mientras que los de Popovich recuperan aliento y moral pero siguen en una situación comprometida. A partir del próximo choque, y ya con 2-1, todo lo que suceda será decisivo. Quizá el habitat favorito de los Spurs, sin duda la gran prueba de fuega para los Hornets.