Boston, inoperante fuera de casa, se vuelve a meter en problemas

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Boston, inoperante fuera de casa, se vuelve a meter en problemas

Boston, inoperante fuera de casa, se vuelve a meter en problemas

EP

Pésimo partido en el Quicken Loans Arena y triunfo para el menos malo, los Cavs, a los que bastó un buen final de partido para sellar el 2-2 ante unos Celtics peligrosamente mediocres, incapaces otra vez de lograr el triunfo fuera de su pista.

Kevin Garnett apela a la diferencia, más allá de tópicos, entre la temporada regular y los playoffs. Paul Pierce cree que la culpa es de la presión acumulada. Todos buscan las razones por las que los Celtics no ganan fuera de casa en playoffs pero nadie parece encontrarlas, porque el cuarto partido de la serie ante Cleveland se saldó con un 88-77 que deja las cosas en 2-2 y muchas dudas para los de Doc Rivers, un equipo que cerró la temporada con 31-10 como visitante y que acumula un 0-5 en playoffs. Ganando todos los partidos en casa serán campeones, pero...

Pero la imagen de los Celtics en cuanto abandonan el Garden no se parece en nada a la de un aspirante al anillo con galones. Hundidos en una mediocridad difícilmente explicable, lo mismo se dejan remontar por los Hawks in extremis que son barridos desde el inicio por Cleveland que, como esta vez, se hunden en los últimos minutos después de un partido igualado durante más de tres cuartos y medio gracias a los deméritos de ambos equipos.

Porque el cuarto partido de la serie se ha parecido al primero. Sin la brillante defensiva de los Celtics en el segundo y sin los fogosos minutos de los Cavs en el tercero. Nada. Un canto a la intrascendencia en el que era difícil adivinar la trascendencia real del partido: Silencio sepulcral en el normalmente caliente Quicken Loans, malos ataques más pendientes de evitar pérdidas que de producir puntos, y otro mal partido de las estrellas.

Un poco de LeBron es suficiente ante un desconocido big-three

Fue LeBron, a la postre, el más decisivo de los jugadores importantes que coincidían en pista, y lo fue tras otro partido gris, el mejor de la serie por su parte pero todavía muy lejos de lo que se espera de él. Anotó 21 puntos, capturó 6 rebotes y repartió 13 asistencias. Lo mejor que hizo fue repartir juego ante otro mal día en los lanzamientso (7/20) y, sobre todo, aparecer en el momento decisivo, cuando el partido llegaba a su final. En los últimos tres minutos los Cavaliers fueron los Cavaliers. Hasta entonces, un infumable último cuarto se había saldado con un 8-8 en más de 8 minutos que tenía la lucha en vilo: 76-73. En apenas dos minutos, los de Mike Brown cerraron el partido recuperando señas de identidad: dos triples, uno de LeBron y otro de Gibson, una penetración brutal del propio James y un par de canastas de un repentinamente inspirado Varejao. Fin de la historia. Un poco de LeBron y un poco de los Cavaliers fue suficiente contra unos Celtics que de nuevo no fueron los Celtics.

Fue sorprendente la forma en la que los de Doc Rivers se dejaron aniquilar, después de haberse mantenido todo el partido, cosa que no hicieron en el tercero, vivos y con marcadores igualados que les sonrieron por última vez superado el ecuador del tercer cuarto (61-63). Al final, cada ataque fue una expresión de impotencia ante el lastre infinito que supone el dubitativo momento de Allen y Pierce. El primero logró 15 puntos y encadenó dos triples que parecían sellar su después fallida recuperación, mientras que el alero se quedó en 13 y 6/17. En el primer tiempo respondió de forma extraordinaria un Garnett después desaparecido. Al descanso sumaba 13 puntos y 8 rebotes. Al final, 15+10. Rondo entró en calor tras un mal inicio pero tampoco tuvo el peso suficiente en los momentos clave (15 puntos, 4 asistencias) y Posey y Cassell (7 puntos entre ambos) siguen desaparecidos fuera de casa.

Una situación preocupante de la que sacaron partido unos Cavaliers sin demasiado motivo para sacar pecho. Junto a LeBron, Szczerbiak y Gibson (14 puntos cada uno) acertaron en momentos importantes y Varejao (12 puntos, 6 rebotes) y Joe Smith (8 puntos) completaron el buen partido de una segunda unidad que se bastó, junto a una versión todavía irregular de James, para someter a unos Celtics que siguen dilapidando el crédito ganado en la temporada regular y que están abocados a otra serie larga. Al menos, por suerte para ellos, la eliminatoria vuelve a Boston, donde no suelen fallar. Ahora, además, tampoco pueden.