Mal sabor de boca para un Pau Gasol tremendamente exigido en el apartado físico y que terminó exhausto y sin apenas presencia en el juego. El pívot español está sufriendo la exigencias del calendario en la que es su primera experiencia como finalista de la liga y tras unos playoffs que le han obligado a medirse a rivales como Camby, Duncan, la pareja Okur - Boozer, y ahora Garnett.
Otra vez, Gasol se dedicó al trabajo sucio, con muy poco brillo en ataque, salvo en las ocasiones en las que su equipo supo jugar con inteligencia y su estilo habitual. Entonces encontró un bloqueo y continuación con Fisher, mates tras asistencias de Bryant o buenas jugadas con el triángulo ofensivo, que apenas se ha visto en la final. Pero, en líneas generales, el español tuvo de nuevo muy poca presencia y muy pocos balones en sus manos, especialmente en los últimos minutos. Sus porcentajes fueron 6/13 en tiros de campo y 5/7 en tiros libres para 17 puntos a los que sumó 10 rebotes (sólo 1 en ataque) y 2 asistencias en 37 minutos.
En defensa tuvo un buen despliegue en el primer tiempo, cerrando el aro y molestando a Garnett cuando éste buscaba la media distancia. A medida que avanzaba el partido iba sufriendo más ante el power foward de los Celtics cuando no recibía ayudas de sus compañeros e iba mostrándose menos autoritario en el rebote. En el último cuarto ingresó en la pista con 6 minutos por jugar pero esta vez, aunque anotó, no pudo firmar un buen final (como en el tercer partido) y se mostró poco efectivo en defensa y dubitativo en ataque, poco incisivo y, además, apenas buscado por sus compañeros. Otro partido, por lo tanto, de más a menos para un Gasol que tuvo un primer tiempo poco brillante pero efectivo y un segundo mucho más desdibujado, hundido como el resto de sus compañeros y pendiente ya tan sólo de una remontada histórica para hacerse con un anillo que ya está muy lejos.