El curso europeo arrancó ante el Panionios sin sobresaltos y con dos buenas nuevas, los regresos de Raúl López y Venson Hamilton. El base de Vic salió a pista en el minuto 13, dos meses después de la final olímpica, y agradeció la ovación de Vistalegre con cinco puntos seguidos y un reverso que tumbó al defensor.

Ahí empezó el Madrid a abrir brecha: 36-29. El estreno de Hamilton, tras algún partido sentado en el banquillo, se hizo esperar algo más. Volvió a la acción en el último periodo, con todo el pescado griego vendido -y no nos referimos a Lazaros, bien ayer-. Atrás deja un año sin partidos, casi dos lesionado, aunque le queda el tramo final del túnel: demostrar que está para la élite.

El Panionios fue lo que dijimos en la previa, perita para endulzar el arranque a la espera de retos mayores. A la espera del viaje a Belgrado o de la visita del CSKA. No lucieron ni Miles ni Baxter, sí el ex colegial Nikolic. Sin más. Enfrente, el Madrid aprovechó para mejorar tras una puesta en escena con despistes, en la que Reyes fue de nuevo el salvavidas hasta la entrada de Raúl, que contagió alegría.

Hosley secundaba al capitán con una capacidad física bestial para un alero. Massey se entonaba, Lazaros sumaba y Llull seguía en línea ascendente. La vuelta de Raúl, además, no le restó minutos, porque Plaza optó por mantener a dos bases en pista mucho tiempo ante la baja de Tomas (diez días más). Con Llull y Raúl luciendo, preguntarán por Pepe Sánchez. ¿Cómo lo hizo? De maravilla, la otra figura del duelo a la sombra de Reyes. Cinco asistencias sin pérdidas ni fallos en el lanzamiento para 15 de valoración en 17 minutos. Ante el ritmo lento del Panionios, Pepe sacó tajada. A mayor velocidad, también, con pases largos y dando protagonismo a otros. Hubo complicidad entre los bases. Mumbrú y Bullock fueron los más flojos (en menor medida, Hervelle). Imagino que a Plaza no le preocupa porque son valores seguros. El Madrid crece.

CANCHA: Palacio Vistalegre (Madrid); 10.000 esp.