El Estudiantes detiene los fantasmas

ACB | ESTUDIANTES 96 - CAJASOL 74

El Estudiantes detiene los fantasmas

El Estudiantes detiene los fantasmas

El MMT Estudiantes se frota las manos cada vez que recibe al Cajasol, que compareció para librar un duelo en el filo del descenso al que nunca cogió el pulso, (96-74), del que desapareció en el segundo cuarto y que abandonó con una nueva derrota en territorio colegial.

Y es en este terreno donde ya suma once visitas seguidas sin premio, para volver a ser la alegría del conjunto local (116 por 73 en valoración de equipo). Los madrileños venía de visitar al líder y plantarle batalla durante treinta minutos antes de desmoronarse en el último cuarto ante el empuje del Tau. La derrota en el Buesa Arena escoció, pero dejó una segunda lectura: el equipo de Luis Casimiro tiene recorrido suficiente como para no sufrir las apreturas que atraviesa.

Sin embargo, la clausura de la primera vuelta en el Telefónica Arena, ante el Cajasol, colista de la Liga, era mucho más importante tanto para los locales como para los andaluces. Jugar por salir del pozo de la tabla es una necesidad, no un adorno tan lustroso como dejar buena imagen en casa del líder. El Estudiantes y el Cajasol dirimían algo más que un mero partido. Dirimían una encrucijada importante para su futuro inmediato y venidero. El Cajasol, con la desventaja de jugar a domicilio y la ventaja de tener a buenos conocedores de la familia colegial (Pedro Martínez, Iñaki de Miguel, Andrés Miso). Los anfitriones, reforzados por otro viejo conocido, el base estadounidense Corey Brewer, uno de los artífices de la Final ACB de la temporada 2003-04 entre los del Ramiro de Maeztu y el Barcelona.

El orden y la consistencia de los tres cuartos en el Buesa Arena parecen haber superado el revés de la derrota ante el Tau. El Estudiantes, con Brewer al mando en el cinco inicial, fogueó en un intercambio de canastas que empezó a romperse al final del primer cuarto antes de sacar de la pista al equipo sevillano en un segundo corte inapelable (30-14). El estadounidense Nik Caner-Medley mantuvo la nave sevillana a flote como pudo durante la fase de tanteo del principio. Enseguida se quedó prácticamente sólo bajó el vendaval que Luis Casimiro desató paso a paso a golpe de rotación. Carlos Suárez volvió a enseñar la mejor faceta del baloncesto que lleva dentro, la de alero alto capaz de hacer de todo al estilo de su antecesor, Carlos Jiménez, para prender la mecha, encendida con las incorporaciones de Pancho Jasen, del serbio Petar Popovic y de Iker Iturbe.

Brewer pasó por el banco mientras el Cajasol caminaba hacia el abismo. El norteamericano regresó cuando la avalancha ya había explotado. Popovic y Brewer sumaron ocho puntos hasta el descanso. Jasen, siete. Seis Iturbe, otra de las claves del aluvión colegial, y otros seis el estadounidense Tom Wideman. Esa media docena de tantos equivalían a los dos mejores registros sevillanos de todo el primer tiempo, a cargo de Juanjo Triguero y Caner-Medley, también con seis puntos cada uno.

Del resto del Cajasol poco más. El Estudiantes le endosó un parcial de 24-4 que transmutó el 20-16 del minuto ocho en un 44-20 diez después y evolucionó como alma en pena. El intermedio interrumpió la zozobra andaluza como la campanada salvadora de un combate de boxeo salva al púgil medio inconsciente (48-28), pero no había salvación posible. Al Cajasol, de todas formas, por difícil que fuera la situación y por amplia que fuese la distancia, aún tenía algo por lo que luchar: la diferencia de puntos, el famoso ''basket-average'', un factor que puede marcar la diferencia entre jugar en la ACB o retroceder a la LEB Oro, entre permanecer en la planta noble del baloncesto español o perder la categoría.

Los andaluces, en cualquier caso, tampoco cumplieron esa misión secundaria. Nunca llegaron a meterse en el partido. Acabaron el tercer cuarto con doce rebotes menos (veintiséis por catorce), veintiséis puntos por detrás (71-45) y la sentencia dictada. Los dos próximos encuentros que le aguardan por delante, el CAI Zaragoza y el Ricoh Manresa, le ponen entre la espada y la pared. El Estudiantes toma aire y celebra el regreso de Brewer.