Una gran final corona a un gran Tau

copa del rey | tau 100 - unicaja 98

Una gran final corona a un gran Tau

Una gran final corona a un gran Tau

AS

Una prórroga decidió una preciosa Copa del Rey. Unicaja llevó el partido a su terreno en el primer tiempo y resistió en el segundo la embestida del Tau hasta forzar la el tiempo extra. Entonces, con Splitter y Rakocevic eliminados, el Tau tuvo templanza desde la línea de tiros libres y contó con un Mickeal que se agigantó en los momentos decisivos y resolvió el partido con una gran canasta y un tapón a Berni en el último segundo.

Era difícil imaginar que alguien pudiera ponerse en el camino de este Tau, seguramente el mejor equipo de Europa ahora mismo, sin resultar arrollado; Pero también era complicado imaginar alguien mejor para hacerlo que Aíto García Reneses. Porque es el rey de Copas y porque se trata de uno de los mejores entrenadores del mundo FIBA. Unicaja había llegado a la Copa en uno de los momentos más delicados de la temporada, con algún mal resultado y un tono decaído aireado por Aíto, un tahúr que manejó, otra vez, cada una de sus cartas a la perfección. Su equipo no sólo aprovechó un cuadro relativamente despejado para plantarse en la final sino que compareció en esta como un contendiente de primer nivel y sólo cedió tras una prórroga y un final agónico, tras obligarse y obligar a su rival siempre a un esfuerzo más, a jugar cada balón al límite. Un sufrimiento de primer nivel para un Tau que venía de ventilar sin despeinarse al Barcelona.

La final se jugó a muerte desde el salto inicial y la primera parte, sin concesión alguna, fue un manual de cómo un equipo inventa formas de compremeter a su rival mientras este, un Tau de recursos ilimitados, ve y dobla cada apuesta. Contra la mordaza a Rakocevic en el primer tiempo (6 puntos) y la minimización de Splitter mediante la fortaleza en la zona de Ndong y Archibald, apareció Teletovic para sostener a su equipo desde la línea de tres puntos (6/12 para 20 puntos). La primera jugada del partido fue significativa: tapón de Archibald a Rakocevic. Unicaja defendía con fiereza, y ajustaba su ataque para potenciar sus virtudes. Baloncesto sencillo y bonito con más poder en la zona y algunas dificultades desde el exterior (5/23 en triples). Pero siempre, por mucho que apretaban los malagueños, encontraban al Tau, impasible, a la vuelta de cada esquina.

De esta forma la partida de ajedrez del primer tiempo se saldó con tablas y argumentos para la fe en ambos equipos. Al primer tirón de Unicaja desde la defensa (3-11), respondió el Tau con un 9-0. A la polivalencia de Haislip convertida en puntos o la aportación de la envergadura descomunal de Ndong, respondían Mickeal y un Vidal salvaje y fino, en excelente forma durante todo el torneo. Por eso al descanso el partido (43-44) estaba abierto por marcador y por sensaciones de juego. El Tau parecía guardar más armas bajo la manga, parecía llegar más fácil a la exigencia del choque pero nunca mandaba por completo sobre un Unicaja concentrado y trabajador, con una gran lectura del partido.

Gomis lidera la resistencia pero Mickeal decide

El Tau salió del vestuario con una cara más cercana a la mejor que puede ofrecer. Ivanovic llamó a filas a su defensa tras encajar 27 puntos en el segundo cuarto y Unicaja empezó a sufrir lo indecible para anotar. La circulación malagueña se colapsó y la selección de tiro se descompuso. Los vitorianos, mientras, metían más ritmo al ataque y bombardeaban desde la línea de tres (Vidal, Rakocevic, Teletovic...).

El intercambio de golpes del primer tiempo devino, a pesar del sufrimiento de Splitter (12 puntos y 6 rebotes), en una dinámica de dominio del Tau que encontraba su principal oposición en Ndong, omnipresente en defensa y atrevido en ataque. Unicaja sobrevivió a ese tercer cuarto sin una sola herida de gravedad: 60-57 tras robo y mate de Cook. La final ya olía a drama en el último cuarto porque ninguno de los dos equipos había sido capaz de romper el marcador cuando había tenido el mando.

A cara o cruz, la final fue para el Tau, a la postre más equipo pero obligado a sufrir hasta el último segundo de la prórroga pese a un tirón que amenazó con ser decisivo (77-69). En una batalla ya con las defensas a todo trapo, Gomis lideró a Unicaja en los minutos de cuchillos largos. Con 87-85 y ya en el último minuto, Vidal falló los dos primeros tiros libres de un Tau que acumulaba 18/18 hasta entonces. Después Gomis, otra vez, empató y forzó una falta que eliminaba a Splitter y le daba la opción de dar la Copa a su equipo. Pero falló el adicional igual que falló Teletovic un triple sobre la bocina y la final, que había estado tan cerca de Vitoria como de Málaga, se marchó a la prórroga.

El Tau afrontó el tiempo extra con las eliminaciones de Splitter y Rakocevic, pero un equipo como el de Ivanovic tiene un fondo de armario casi infinito, y donde no estaban sus estrellas principales se agigantaron McDonald y sobre todo Mickeal. Impasible desde la línea de tiros libres, los vitorianos mandaban y Unicaja sobrevivía a base de latigazos de Gomis y Haislip y del extraordinario trabajo de Archibald, titánico todo el partido (16 puntos, 13 rebotes, 4 tapones). Con empate a 98, Mickeal anotó con su defensa encima y, en el último ataque, taponó el triple de Berni tras una jugada mal conducida por Cook. Unicaja se atascó en la última acción, con bola para empatar o ganar, pero dejó una excepcional imagen. Imposible ponerle las cosas más difíciles a este Tau extraordinario, esta vez con Teletovic primero y Mickeal después como estiletes. Un gran equipo que necesitaba para confirmarse ganar este título y hacerlo, además, en un excelente partido de baloncesto, cargado de belleza y emoción. Gran partido, gran final, gran Unicaja y extraordinario Tau a lo largo de todo el fin de semana.