El Madrid se ahoga en la orilla

euroliga | Olympiacos 88 - Real Madrid 79

El Madrid se ahoga en la orilla

El Madrid se ahoga en la orilla

Reuters

El Real Madrid consiguió la enésima remontada de la temporada gracias a un impresionante parcial de 22-0, pero se derrumbó en los momentos decisivos y ceder en el infierno griego (88-79). Papaloukas con un doble doble, y Vujcic y Greer, con 19 puntos, adelantan en la serie a Olympiacos.

Olympiacos - Real Madrid, duelo entre dos de los grandes del viejo continente que tratan de regresar al Olimpo perdido una década después. El partido, esperado desde que se decidieron los cruces, no podía presentar un mejor cartel: cuartos de final, escenario hostil, el Madrid de las remontadas frente al Olympiacos de las estrellas, Vujcic frente a Felipe, Papaloukas frente a Raúl, Childress frente a Bullock, el 'viejo sabio' Giannákis frente a Joan Plaza y un largo etcétera que nos recuerda que detrás de esta puerta espera la Final Four. Se acabaron los errores si se quiere llegar a Berlín. Con la cita de mayo entre ceja y ceja el Madrid llegó a La Paz y la Amistad con el objetivo de llevarse una victoria de sus dos visitas al Pireo para tener opciones de dar la campanada.

Pero el pabellón fue todo menos pacífico y Olympiacos demostró su fortaleza en los momentos decisivos. Los griegos golpearon primero en un partido en el que los blancos se agarraron a la ya clásica remontada (17 puntos), pero se le acabó la gasolina en defensa y se apagaron las luces en ataque. Justo en el peor momento. Con tres puntos arriba al comienzo del último periodo apareció el Rey Papaloukas - el que siempre aparece en los momentos calientes- para dirigir la victoria helena con un doble-doble (11 puntos, 13 asistencias) y 24 de valoración. Los blancos pagaron en exceso la empanada inicial, la falta de atino de sus principales tiradores en los últimos instantes y, sobre todo, la pobre actuación de Sergio Llull que se marchó de vacío del Pireo. El partido fue el reflejo de lo que son hoy por hoy ambos equipos. Mientras los griegos tienen una plantilla construida a base de talonario, y están diseñados para llegar recuperar su trono europeo, el Madrid necesita de la conjura de todos los dioses para dar la campanada.

Los blancos salieron con su quinteto habitual, acompañado de su pájara, también, habitual. Las dudas iniciales se tradujeron en hasta siete pérdidas en el primer cuarto que propiciaron un parcial de 7-0. Uno de sus verdugos de la pasada temporada, el ex de Maccabi Nikola Vujcic fue el auténtico protagonista del primer cuarto con diez puntos en menos de cinco minutos (19 en total, con 22 de valoración) y con la táctica, tan previsible como efectiva, de abandonar la pintura para buscar lanzamientos exteriores. Únicamente Raúl López y Bullock parecieron romper el letargo inicial con dos triples que acercaron al Madrid (7-6). Pero tan sólo parecía un espejismo. Olympiacos puso a carburar la maquina en ataque, calentó muñeca y con tres de cuatro en triples aumentaron la diferencia a diez puntos al final del primer cuarto sonrojante (28-18).

La herida continuó ahondándose en los primeros compases del segundo cuarto. Un triple de Papaloukas, letal en su salida del banco, puso la máxima en diecisiete puntos (39-22) a falta de siete minutos para el descanso. Con el Madrid totalmente hundido, Plaza pidió tiempo muerto, puso en marcha las rotaciones y se la jugó a cara o cruz con una defensa zonal, que (cosas de la vida) se le atragantó a los tiradores de Olympiacos, impecables hasta ese momento. Por entonces Van den Spiegel empezaba a anotar los pases de sus compañeros, el recién llegado Kennedy Winston nos dejaba para la retina un espectacular mate con falta adicional de Vougioukas, los movimientos de Hervelle empezaban a dar su frutos y el Madrid se agarraba, como casi siempre, a la épica para remontar el partido. Un parcial de 13-0 en menos de tres minutos permitió a los blancos llegar vivos al descanso (46-41), después de que nadie apostara un euro por ellos.

Remontada insuficiente

Los de Plaza pusieron velocidad crucero, sin hacer mucho ruido por si acaso se despertaba la bestia, hasta alcanzar su máxima ventaja (47-53) y cerrar el parcial de 25-1 entre el final del segundo cuarto y el principio del tercero. Pero hay cosas que parecen no cambiar en la capital. Este Madrid parece desafiar a la lógica noche tras noche y solo así se entiende que un impresionante parcial que trajo por fin 'la Paz' al pabellón heleno de paso a una decaida paulatina de tal calibre. Los blancos ajustaron la defensa, cerraron el rebote e hicieron del contragolpe su principal arma para acercarse en el marcador y encomendarse a los chispazos de Raúl, el acierto de Bullock (15 puntos) y el pundonor de Felipe (14) para asaltar el Pireo en los últimos segundos del tercer cuarto (63-64). Pero esto es el Madrid. Capaz de remontar en las canchas más difíciles de Europa y capaz de diluirse como un azucarillo en los momentos importantes. Y así fue. Cuando todo hacía preveer la enésima remontada de la temporada, llegaron las pérdidas de balón, los errores infantiles y las jugadas a lo 'Juan Palomo' que dieron al traste con una remontada que pudo ser histórica y se quedó en anécdota. Plaza volvió a la defensa individual que tan malos resultados le dio al principio del partido, Winston concedió un inoportuno dos más uno (73-71) y con él resucitó un Olympiacos que, todo sea dicho, no necesita muchos argumentos para despertar.

Los triples de Greer, la dirección de Papaloukas y la aparición de Vasilopoulos, con dos triples consecutivos, provocaron un parcial de nueve a cero a falta de tres minutos (80-71) que acabó con la resistencia blanca. Los problemas físicos de Bullock y una inoportuna pérdida de Axel Hervelle (82-77), a falta de un minuto para la conclusión, puso fin a la noche que pudo ser y no fue (88-79). El Madrid deberá pasar página, ampliar las rotaciones (Tomas jugó únicamente once segundos), apuntar los errores y concentrarse en sacar adelante el partido del jueves que se antoja decisivo en la serie.