El Madrid falla al final tras una remontada fantástica

Baloncesto | Euroliga | Olympiacos 88 - Real Madrid 79

El Madrid falla al final tras una remontada fantástica

El Madrid falla al final tras una remontada fantástica

euroleague

Por undécima vez en este 2009 el Madrid reaccionó a lo grande frente a un marcador muy adverso (46-28). La remontada fue en balde. El último cuarto condenó a los de Plaza. Los griegos recuperaron el pulso ofensivo de la mano de Papalukas: 13 asistencias.

Con la caballería y las sirenas antiaéreas sonando por la megafonía, el millonario Olympiacos le atizó la primera en la frente al Madrid: 1-0 en este playoff a cinco encuentros. Mañana, otra vez en Atenas, segunda batalla de la guerra que llevará al ganador a la Final Four de Berlín.

El triunfo griego lo pronosticaba todo el mundo; lo sorprendente, sin embargo, lo encontramos en el desarrollo. De primeras, el vendaval Nikola Vujcic ponía el cartel de derribo en la Casa Blanca. No es Sabonis, pero si alguien le llega a la altura del calcetín es el croata. También en lo de parecer medio cojo, quizá ahí el Real vea algo de luz, en que mengüe su resistencia en el segundo acto. En los primeros ocho minutos y medio firmó 13 puntos, 2 asistencias y 18 de valoración, reventando a Felipe Reyes y a toda la defensa: 28-18 en el primer cuarto; 39-22 cuatro minutos después. Con 12 abajo, tras un 2+1 de un destacado Winston, el Madrid se puso a defender en zona y la renta creció hasta los 18 tantos (46-28): Papalukas rompía la tela de araña desde la línea de fondo.

Plaza perseveró, como en otras noches aciagas, y la reacción volvió a producirse, por undécima vez en este 2009. Sí, otra vez, el Madrid remontó 18 puntos defendiendo en zona, con Hervelle y Winston muy activos ayudando en la pintura y llegando a los tiros de tres. Gran trabajo sin Reyes y sin Bullock en el inicio de la remontada; pero con Llull, Raúl y Van den Spiegel. El parcial fue estratosférico: 0-22 en siete minutos (los tres últimos de la primera parte y los cuatro siguientes de la rea­nudación), que luego se estiró hasta 1-27. La zona había roto el brutal acierto del Olympiacos, parándolo en seco, y aunque el Madrid volvió a individual, los griegos se ahogaban en El Pireo: 47-55.

La gesta se acabó ahí. Con Papalukas de nuevo en cancha (13 asistencias) volvió la cordura en los de Giannakis. El último round empezaba con 63-64 y, como hace un año, Plaza y el Madrid no estuvieron finos. Que Bullock se fuera al banco cuatro minutos por una torcedura de tobillo tampoco ayudó. La presencia de Pepe, la inhabitual falta de confianza de Reyes y de Mumbrú, y la ausencia de Tomas asfixiaban al Madrid en ataque. Se echó en falta, además, que la zona volviera antes; cuando lo hizo, el partido estaba imposible. Mañana, más.