El Khimki, dirigido por el italiano Scariolo, partió como favorito en el Palasport y acreditó plenamente tal condición con juego y anotaciones ante un adversario que cayó eliminado dignamente tras ofrecer una imagen de combatividad y de limitaciones en el tiro.

Fue todo un mal presagio el marcador de 13-2 del equipo ruso antes del minuto 3. El 21-10 siguió pesando, pero Iurbentia dejó patente su impecable estado moral, que le llevó a un acercamiento al final del primer cuarto, firmado con 26-21.

En el festival de triples, 27 lanzamientos al sumar los envíos al aro de la primera mitad del encuentro, el Khimki fue notablemente superior, con Garbajosa haciendo diana el 100 por ciento de sus tres tiros. Los del Bilbao Basket estuvieron mejor en las culminaciones de dos puntos y en los tiros libres, pero Garbajosa y Fridzon jugaron demasiado.

El conjunto ruso, que mandó siempre en el tanteador, tuvo una ventaja sostenida de entre 7 y 9 puntos, que el Iurbentia dejó en 5 al descanso que se tomaron Banic y Recker con 11 y 10 puntos respectivamente.

En definitiva, el Iurbentia pasó de víctima sorprendida a incordiante rival, porque frenó las torres del Khimki, superiores en kilos y centímetros, y empató en rebotes, 15 por bando. De esta forma, el conjunto bilbaíno, con 5 puntos en desventaja, llegó ''vivo'' al segundo período.

El tercer cuarto no sirvió para despejar la identidad del ganador, aunque Iurbentia corrió grave riesgo cuando por la vía del triple el Khimki se adelantó 51-41.

Los de Txus Vidorreta robaron más balones y parecieron mejores en el capítulo de asistencias pero, empatados en el rebote, fueron inferiores en los lanzamientos, especialmente en los tiros largos.

El Iurbentia, permanentemente haciendo la ''goma'', recortó distancias al minuto y 30 segundos del último cuarto (58-53), se descolgó a 66-53 y 71-58, se rehizo 71-64 y acabó perdiendo y quedando fuera de la final con el 79-73.

El equipo vasco mejoró su pulso en los triples y Javi Salgado ''enchufó'' tres seguidos, pero fue un ''despertar'' tardío frente a un coloso como el Khimki, con gran plantilla y gran tesorería.

Iurbentia no sólo tuvo problemas con el lanzamiento exterior, también en el juego interior por el poderío físico y estatura del adversario, que resultó un justo finalista.

Al final, equilibrio en el rebote y mejor puntería en las filas del equipo ruso en movilidad, ya que Iurbentia acreditó mayor exactitud en lo estático, en los tiros libres. Eso sí, Recker fue el máximo anotador con 21 puntos y el más valorado. Brillaron en el Khimki el ítalo-argentino Delfino y Vitali Fridzon.