Un brillante Fuenlabrada ha alcanzado hoy en Sevilla un triunfo fundamental (81-90) en su meta de asaltar la octava plaza al final del campeonato y ha cortado de raíz la racha de seis triunfos seguidos de los anfitriones locales que deberán esperar para rubricar su permanencia.

Los madrileños dominaron el marcador durante todo el partido y ya sorprendieron a los locales con un primoroso primer cuarto, en el que anotaron 28 puntos aplicando velocidad y alta efectividad ante un cuadro sevillano muy flojo en defensa.

Liderado por un motivadísimo Bueno (12 puntos) y con un arranque demoledor (2-13, m.4), el Alta Gestión llegó a disfrutar en los primeros diez minutos de hasta trece puntos de ventaja (13-26, m.9), una renta que se elevó hasta los quince tantos (33-48) al descanso, tras un segundo cuarto de claro color visitante.

Aunque la producción ofensiva de los fuenlabreños descendió, el Cajasol nunca encontró su ritmo de juego y fue siempre a remolque, lastrado además por la cuarta personal de su estrella, Clay Tucker, y su desacierto desde la larga distancia.

En la tercera manga, el Fuenlabrada agravó las diferencias que existían en la pista y, pese al empeño local, apuntó una nueva ventaja máxima -veintiún puntos (41-62, m.25)- mientras Bueno machacaba a sus ex compañeros con once nuevos puntos.

La única reacción solvente del Cajasol en todo el encuentro llegó en la cuarta manga, merced a un parcial de 13-0 que ejecutó Miso, con la ayuda de Ignerski, ante su anterior equipo.

Once puntos del madrileño encendieron a sus compañeros, que, luego del triple de Tucker, con tiro libre adicional, vieron el triunfo más cerca que nunca: 76-80, m.37.

No obstante, la respuesta del Fuenlabrada fue rotunda: un 0-7 firmado por Valters, Oleson y Tskitishvili, cuyo triple (76-87, m.38) en el que fuera su pabellón hace dos temporadas acabó con las ilusiones del Cajasol.