Siskauskas apaga la luz de un Barça intermitente

baloncesto final four de la euroliga en berlín

Siskauskas apaga la luz de un Barça intermitente

Siskauskas apaga la luz de un Barça intermitente

rodolfo molina / euroliga

Esto es la Final Four, Barça. Ettore Messina le ganó el pulso a Xavi Pascual en el primer encuentro de semifinales. Los partidos se deciden en los últimos cinco minutos y el CSKA controló mejor los pequeños detalles. Tan cerca estuvo la final, que hay desconsuelo en los culés.

Ha llovido mucho desde que en la primera final de Copa de Europa que el Barcelona disputó en su historia (Ginebra, 1984), un jugador estadounidense que militaba en las filas del Banco di Roma llamado Larry Wright -la libélula de ébano- truncó el sueño azulgrana. Trece años más tarde, en la Final Four de Roma (1997), otro estadounidense, David Rivers (Olympiacos), acabaría con las aspiraciones barcelonistas.Ayer no fue un estadounidense, sino un escolta lituano de 30 años, Ramunas Siskauskas, quien apartaba al equipo de Xavi Pascual de una nueva final de la Euroliga con una verdadera exhibición -29 puntos-, especialmente en el último cuarto (18 puntos), en el que desequilibró el encuentro del lado del equipo de Ettore Messina. Siempre un nombre se topa en el camino de los azulgrana, y queda asociado a la historia del club catalán en forma de verdugo.

Con Navarro, Grimau y Vázquez maniatados por las personales y con Ersan Ilyasova totalmente anulado y desconocido, de nada sirvió el extraordinario encuentro de David Andersen (24 puntos).

El encuentro se decidió en apenas tres minutos después de que un triple de Andersen estableciese el 61-56 en el electrónico para los azulgrana y Ettore Messina pidiese tiempo muerto (min. 33).Ahí surgió Siskauskas, un jugador fichado por Messina para el Benetton en la campaña 2004-2005, que marchó al Panathinaikos en la 2006-2007 para ganarle la Euroliga al CSKA en el segundo año del técnico italiano en Moscú, y que el propio Messina fichó la pasada temporada para el conjunto moscovita y ganar otra Euroliga en Madrid. Fue el momento clave del encuentro.

Tres triples casi consecutivos y dos tiros libres del lituano llevaban a un parcial de 0-11 para los rusos (61-67, min. 35). Ni un tiempo muerto de Pascual podría dar la vuelta al marcador de un choque que sus hombres dominaron durante 34 minutos, pero nunca con la solidez y la contundencia necesaria para doblegar a un equipo en el que Trajan Langdon amargó a Navarro y Grimau, y el esloveno Erazen Lorbek descentró a un voluntarioso Fran Vázquez. Los instantes finales fueron agónicos para un Barça incapaz de acercarse a un marcador ante el CSKA, el gigante de Europa.