La historia entre el DKV Joventut y Ricky Rubio parece que no va a tener un dulce final. Los abogados del club y del joven jugador se reunieron ayer en el Centro de Mediación de Arbitraje y Conciliación para alcanzar un acuerdo, pero el encuentro no duró ni quince minutos. Las dos partes se mostraron inflexibles. El DKV insiste en que si Ricky quiere irse esta temporada no le queda más remedio que abonar su cláusula (4,75 millones de euros, 5,75 a partir del 30 de junio). El jugador, por su parte, alega que esa cantidad no se ajusta a la realidad y por eso denunció laboralmente a su equipo. De no mediar acuerdo en las próximas semanas, el 14 de octubre se verán las caras en los tribunales.

La situación ya incomoda a ambas partes. "Ésta no es la vía adecuada para solucionar el problema", declaró Josep Via, el abogado de la Penya. "Todavía podemos solucionarlo de despachos adentro", añadió dejando una luz al final del túnel. Esa luz pasa, según fuentes del club, porque el jugador retire la demanda. A partir de ahí, la Penya puede ser más flexible.

El abogado añadió en su comparecencia que el DKV Joventut no tiene miedo a acudir a los tribunales, porque ya hubo un caso parecido al de Ricky Rubio y la justicia les dio la razón. El caso anterior lo protagonizó Albert Miralles, quien rescindió su contrato acogiéndose al derecho 1006 y sin abonar la cláusula. Con el tiempo, los tribunales le obligaron a pagarle 1,2 millones de euros al club badalonés.

Ricky Rubio continúa en Estados Unidos y espera algo intranquilo la elección del draft de mañana.