A por las medallas

El talento es el talento y en tiempos de crisis cotiza aún más al alza. Por eso la clase de España se impuso al músculo francés, como no podía ser de otra forma. El regalo, con lacito rojo, nos lo ofrecieron nuestros seleccionados en Katowice, que es donde se reparten las medallas y todo importa. Deleite para el Spodek y todos los que estábamos en él: españoles, también rusos y serbios, sentados en la grada tras su batalla, incluso lituanos que pese a la eliminación tenían entrada para el show. El mejor recital de lo que llevamos de Eurobasket lo dio España. Este sí es el baile al que estábamos invitados. Música, maestro.

Había que parar a Parker, pero eso no hizo que Scariolo cambiara el traje a nuestra selección, que luego pica y nos tira de sisa. España lució su quinteto estrella y la mayor intensidad que se recuerda ante un rival que escondía bíceps incluso en las pestañas. La mejor defensa que se recuerda permitió que las personales de Garbajosa -dos en un minuto- no pasaran factura. La Selección mordía abajo, con Ricky desquiciando al experto Parker, y en ataque era Rudy quien tomaba la voz cantante. España se gustaba y de ahí a la filigrana sólo va un paso. Como el que dio Ricky cuando frenó en seco un contraataque, amagó con ordenar jugada y, con el defensor atento a posibles líneas de pase, le clavó un triple desde la esquinita (10-16). Rudy nos daba aire limpio desde el 6,25 (12-21) y la irrupción de Pau guiaba hasta el 15-25 del primer cuarto. "Es un regalo envenenado", decía en la previa Vincent Collet en alusión a estar invictos y ser primeros de grupo, pero cruzar con España. Acertó. Por eso de poco sirvió que probara con Diot o De Colo como relevos a Parker, tocado física y ¿psicológicamente?, o que intentara frenar a Pau con Pietrus. Era una batalla perdida de antemano, porque Pau bailó el chotis con 'Flo' de la manita y firmó con un mate la máxima ventaja hasta el descanso: 27-43.

Todo rodaba a favor y esos 16 puntos de ventaja decían que el tan traído feeling, hilo conductor de las declaraciones desde el triunfo sobre Lituania hasta aquí, realmente lo habíamos recuperado. Sólo quedaba que Garbajosa se sumara la fiesta, que lo hizo, o que Ricky demostrara -también en Katowice- que ya es parte de todo eso que promete. Con Pau como el mejor embajador NBA en el Eurobasket y una Selección mayúscula que es otra, pero la misma. La que no ha olvidado jugar a esto como los ángeles.