Paseo del Barça ante un Gran Canaria descosido

Supercopa | Gran Canaria 51 - Regal Barça 74

Paseo del Barça ante un Gran Canaria descosido

Paseo del Barça ante un Gran Canaria descosido

carlos díaz-recio

Los amarillos carecieron de su intensidad habitual

Mucho Barça. Un vendaval para casi cualquiera, incluido el Gran Canaria 2014. Sin forzar, con Rubio y Navarro casi en el vestuario, los de Pascual aprovecharon para continuar la pretemporada y meterse en la final de la Supercopa sin gastar apenas fuerzas. Un cuarto, a lo sumo, aguantó el cuadro de un desesperado e incrédulo Pedro Martínez, que vio como Pete Mickeal en el primer cuarto se movió muy fácil para anular el buen hacer de Will McDonald, quizá el menos desacertado de los locales (13-15, min. 10).

Cuando el dormido CID calentaba garganta, esperando tal vez que cesara la sorprendente falta de intensidad de los suyos, el partido derivó hacia la nada, hacia una superioridad blaugrana basada en una defensa que promete ser, en los momentos calientes de la temporada, una prisión de alta seguridad. Los kilos y los centímetros del Barcelona hicieron cada minuto más pusilánime al Granca, que fue disfrazándose de sparring malo para anotar 26 puntos en toda la primera parte. El 25-39 del descanso se cimentó en los pocos destellos que quiso dejar Navarro y en la pasmosa tranquilidad con la que disparó desde el exterior Morris. Parecía que el pabellón entero daba por imposible cualquier cambio, tal era la sensación de superioridad que conocía y transmitía el Barça. Cada sustitución en las filas de Pascual mejoraba lo anterior. Cada acción en el bando canario suponía un parto, cuando no un ejercicio de surrealista desconcentración.