El Suzuki Manresa ha empezado la Liga con una sufrida, aunque también incontestable, victoria en cancha del Lagun Aro GBC (77-80), equipo que ha decepcionado tras los profundos cambios introducidos en una plantilla a la que le queda mucho camino por recorrer.

No ha tenido opciones hasta los últimos minutos el conjunto que dirige Pablo Laso, que seguramente habrá salido muy decepcionado del choque ya que esperaba otra imagen de un equipo que ha estado totalmente a merced del cuadro catalán.

Desde el pitido inicial el Manresa ha llevado una iniciativa que no ha perdido en ningún momento del partido, con rentas que durante la primera mitad han oscilado entre los cinco y los once puntos.

Mucha responsabilidad de ello ha sido el gran trabajo en la dirección de San Miguel y la anotación fácil de Cusworth y Jordi Grimau, así como el fenomenal lanzamiento exterior de Gladyr con casi un 60% en triples. Este apartado ha constituido la cruz de los locales, con un pírrico 4 de 16 desde la línea de 6,25.

La mejora ofensiva de los guipuzcoanos en los últimos minutos ha propiciado un acercamiento a tres puntos (69-72) con un triple del americano Andy Panko y un mate de Barbour que ha levantado a su público de los asientos y a creer en la remontada.

El Suzuki Manresa ha demostrado, no obstante, mucho oficio, no ha perdido los nervios en los últimos instantes en los que ha jugado un basket controlado a la búsqueda de tiros fáciles o personales para no perder sus posesiones y mantener la exigua renta favorable.