Triunfo número 11 para el eterno número 10

acb | real madrid 77 - valencia 66

Triunfo número 11 para el eterno número 10

Triunfo número 11 para el eterno número 10

Desde la defensa y el esfuerzo colectivo en ataque, la fórmula Messina, el Real Madrid superó con autoridad al Power Electronics Valencia, uno de los equipos más en forma de la ACB. Los valencianos sólo fueron mejores en el arranque, después fueron siempre a remolque. Messina aumenta su marca a 13-1 en catorce duelos ante Spahija. Emotivo homenaje a Fernando Martín entre el primer y el segundo cuarto, en el minuto 10 del partido.

Iba por él, por el '10' eterno, por el número que nadie más ha llevado en el Real Madrid. Iba por Fernando Martín, homenajeado por la ACB y Vistalegre en su minuto, el diez, un limbo entre el primer y el segundo cuarto como el limbo en el que quedó suspendida su carrera, de la historia a la leyenda, tras el brutal accidente de tráfico que segó su vida hace 20 años y 2 días. Por él no podía fallar el Real Madrid: por su número 10 de ayer, también de hoy y seguro que de mañana, porque nunca morirá la leyenda de los héroes que abrieron camino a los éxitos de hoy, a los fastos de la generación de oro. Por el 10, triunfo número 11 en otros tantos partidos: 11-0, balance inmaculado, sólo el Barcelona ya tras el galope tendido de los jinetes de Messina.

El partido dejó marcas y sensaciones. En el 50 aniversario del debut como técnico de Ferrandiz, Garbajosa repartió su asistencia número 250 en ACB y Felipe Reyes superó en la clasificación histórica de reboteadores a Mike Smith y se coloca quinto, a la caza de otra leyenda inabarcable, la silueta gigantesca de Arvydas Sabonis. Como grupo, el Real Madrid también persigue gigantes, que no tienen nada de molinos de viento porque el equipo de Messina marcha a toda vela y con el viento a favor, la ecuación resultante de multiplicar calidad por trabajo, sudor por clase. Resultado: 11-0 y subiendo, a la altura ya del mejor arranque blanco en 22 años.

Fórmula Messina: Defensa y funcionamiento colectivo

No hay secretos en este Real Madrid que no pudo contar con Bullock pero que no le echó de menos, que se sintió ganador en cuanto bordeó los diez puntos de ventaja, un abismo para quien se enfrenta al entramado defensivo de Messina, un infierno que tardó en arrancar (9-14 en otro inicio frío del equipo blanco) pero que pronto carburó con una línea exterior kamikaze en la presión: Llull, Vidal, Hansen.

En cuanto el Real Madrid equilibró la lucha por el rebote, marchó con relativa comodidad y siempre con ventajas por encima de ese decena de seguridad ante un Power Electronics Valencia que vivió primero de Nielsen y después de De Colo. El francés (19 puntos) mantuvo la inspiración en un equipo al que el Real Madrid robó algunas de sus principales armas. Poca anotación de tres, escasa aportación de Rafa Martínez y nula de Claver (sus primeros puntos tras 33 minutos); Y para colmo, demasiados fallos en los tiros libres para el hasta hoy mejor equipo ACB en ese apartado. Un equipo, por cierto, que queda con 8-3 y que no debe zozobrar por una derrota que está en las cábalas. Sigue siendo una agradable sorpresa, el equipo más equipo que ha tenido Valencia en muchos años a pesar de que a Spahija le deben dar ganas de no levantarse de la cama cuando tiene que enfrentarse a Messina: 13 derrotas en 14 partidos.

Al buen inicio valenciano, impulsado por 9 puntos de Nielsen en el primer cuarto, respondió el Real Madrid con ajustes defensivos y buena circulación en ataque, búsqueda del extra pass y buena, paciente, selección de tiro. Un 10-0 en ese primer cuarto invirtió términos con Llull desatado. Para el comienzo del segundo cuarto la defensa del Real Madrid ya se había ajustado y sometió al Valencia a más de cuatro minutos sin anotación. A partir de ese blindaje, bastó con el goteo de triples del Real Madrid, a la cabeza un Hansen en crescendo tras su dubitativo inicio de temporada. Pamesa empezó a enredarse, a obstruirse en la circulación y trabajar con menos fe en los bloqueos. La trampa era completa en el tercer cuarto, cuando subió un peldaño más la intensidad blanca y sólo De Colo hacía frente a un Madrid muy cómodo con ventajas siempre en torno a los 14 puntos: de 49-35 al 62-49 que cerró el tercer parcial.

Al Power Electronics le sobró orgullo para no desactivarse, para seguir siempre trabajando, bien en defensa pero demasiado irregular en ataque, lejos de los 78 puntos por partido que marcaban su media ACB. No se hundió ni ante el castigo psicológico al que le sometía un Madrid que agotaba posesiones y anotaba sobre la bocina, ya fuera con un canastón de Kaukenas o con un triple afortunado -todo de cara una tarde más- de Sergio Llull.

Jugó el Valencia a cara de perro hasta el final y logró un 2-13 que le mantuvo en una distancia razonable (llegó hasta el 73-65 tras haber estado 17 abajo, 69-52) hasta el final del partido. Pero no llegó a asustar a un Real Madrid en el que Velickovic sigue aportando (14 puntos, 4 rebotes) incluso en los días en los que pasa más desapercibido y en los que Hansen, Kaukenas o Llull remataron un trabajo coral impecable en el que quizá volvió a desafinar Felipe Reyes (2 de valoración), que busca su sitio tras la lesión. Nada que inquiete a Messina ni a un Real Madrid impecable (11-0) que vuelve a exigir al Barcelona, el único que acepta por ahora el órdago blanco.