Cuando una selección como la española defiende título de campeón del mundo, el sorteo no tiene demasiada trascendencia por los rivales de la primera fase (Francia, Canadá, Lituania, Nueva Zelanda y Líbano en la sede de Izmir) y sí por cómo se dibujan los cruces a partir de octavos de final. Y ahí, no hubo fortuna.

España y Estados Unidos se enfrentarán en semifinales de acabar al frente de sus grupos y avanzar en las dos primeras eliminatorias. En ese caso, adiós a un final como la de los Juegos de Pekín. La incertidumbre sobre este asunto duró un par de horas más allá del sorteo, ya que la FIBA había enviado un calendario de cruces oficial, pero mantenía otro en su página web, idéntico al del Mundial 2006 y según el cual el duelo con los estadounidenses sólo se daría en la final. Un error.

Hay más opciones, porque con un traspié de cualquiera de los dos en la fase de grupos, las combinaciones se multiplicarían. Si uno es primero y el otro es tercero podrían encontrarse en cuartos de final. Pero vayamos a lo práctico. A España quizá le interesaría ser segunda y entonces evitar a los estadounidenses hasta la finalísima. Ambos se respetan y son temidos por el resto de selecciones. "España es clara favorita", dicen desde Lituania, su seleccionador y sus figuras. Ojo también al cruce de octavos, donde los de Scariolo se medirán a un equipo del grupo C: Grecia, Turquía, China...

Lo veremos. El Mundial de Turquía espera en ocho meses.