Paliza histórica del Barça en feudo madridista

ACB | REAL MADRID 57 - BARCELONA 79

Paliza histórica del Barça en feudo madridista

Paliza histórica del Barça en feudo madridista

El Barça gana en Madrid por 22 puntos, la mayor diferencia de siempre. Ricky y Navarro fueron los verdugos de un Madrid lastrado por las bajas, en el que sólo se salvó Lavrinovic.

La bipolaridad de la que se venía hablando desde el inicio de campaña se ha volatilizado de un plumazo. Y es que el Barcelona ha pasado por encima de un Real Madrid timorato en defensa, irregular en ataque y lastrado por las bajas, que deja a los de Messina al borde de la desesperación con tres derrotas consecutivas en competición doméstica y encima renqueantes en salud. La parte idílica la vive su máximo rival, el Barça, que sigue imparable este año y se escapa en la tabla. Encima rompe una racha de victorias madridistas en Vistalegre, donde no perdía desde abril, precisamente contra el Barça, y como eclosión endosa la paliza más amplia en territorio madrileño.

Y eso que el clásico no podía llegar en mejor momento. Con un Barça a tope en la Liga Regular y un Madrid herido por los dos últimos tropiezos ante el Xacobeo y Caja Laboral pero con ganas de hacer bueno el proyecto elaborado este año. Enrabietado y con ganas, los de Messina tenían otra oportunidad de mostrar su carácter y dar un golpe en la mesa como aspirante al título. Para añadir más condimentos, Ricky Rubio debía lidiar con una afición que quiso tenerle cerca este verano. Para hacérselo ver, Vistalegre afrontó el clásico con un lleno hasta la bandera y sólo las lesiones modificaron algo la función.

Y es que a las bajas de Llull y Van den Spiegel, se sumaron a última hora las de Felipe Reyes y Travis Hansen. Eso trastocó los planes de Messina que tuvo que tirar de Dasic para el quinteto inicial, jugador que sólo había disputado hasta hoy seis minutos. Otro método Messina para dar confianza a sus pupilos. Con el montenegrino en cancha, el equipo blanco empezó el partido enchufado en tiros de dos. La grada multiplicó los decibelios a los quince segundos, lo que tardó en atrapar Ricky Rubio la primera pelota del partido.

Tras un triple errado de Lavrinovi?, el lituano se puso las pilas y penetró con facilidad en los primeros minutos con tres de tres. El Barça aguantaba el tirón gracias a los lanzamientos cortos de Ndong, que sin tener un tiro estético sustentaba a sus compañeros. Además de sus tiros, el Barça encontró mayor asentamiento gracias al juego interior cuando Fran Vázquez saltó al parqué madridista. En la primera aprovechó una buena asistencia de Grimau y en la segunda regaló un alley oop que nació en Ricky.

Ya eran los mejores minutos del equipo catalán y el Madrid sufría en ataque, prueba de ello fue la sequía anotadora que vivió en los primeros minutos de partido. Se clavó en los once puntos hasta los últimos segundos del primer cuarto pero justo antes del bocinazo apareció por primera vez Juan Carlos Navarro para dejar el luminoso en 14-21.

Si el Real Madrid acabó el primer cuarto dando síntomas peligrosos, en el segundo agonizó. Ahí fue donde el Madrid tiró el partido. Un triple de Grimau en los primeros instantes fue el primer bofetón del rival. Todo engranaba en el equipo visitante gracias a un incansable Fran Vázquez que rallaba la perfección tanto atrás como adelante. Él junto a Grimau consiguieron doblar al Madrid en el marcador (18-36) y dejar a los de Messina noqueados, incapaces de romper la defensa mecanizada del Barcelona.

El descanso se esperaba como agua de mayo en un Real Madrid anárquico, inofensivo en ataque y precipitado en defensa lo que hacía que el Barça apenas encontrara resistencia para anotar (25-43). Vamos que lo que ocurría en la cancha era tanto mérito del Barça como demérito del Madrid.

Atisbo de reacción hasta que aparece Ricky

Messina debía sacar la varita mágica si no quería volverse a casa con las mejillas rojas en su primer clásico en Liga Regular. Y algo intimidó la charla porque la intensidad madridista, sobre todo en defensa, incrementó y eso se convirtió en un primer parcial de 6-0 que obligo a Xavier Pascual a pedir un tiempo muerto para amarrar conceptos. Otra batalla que ganó el Barça. Sus directrices llegaron en el mejor momento logrando un parcial de 5-11 y lanzando la ventaja hasta los 21 puntos.

Parte del tirón catalán brotó de las manos de Ricky Rubio que fue creciendo con el paso de los minutos alcanzando los 15 puntos y la cara de Messina era un poema al final del tercer cuarto con un Real Madrid que únicamente se agarraba a la buena racha anotadora de Lavrinovi? con 19 puntos.

El orgullo ya estaba tocado y la herida madridista brotaba sangre a borbotones. La Liga bipolar de la que se ha venido hablando todos estos meses se quedó en nada y al público de Vistalegre no le gustó nada el asunto soltando algunos pitos antes del último cuarto. Xavi Pacual no bajó la intensidad en ningún momento, consciente de que un resultado contundente en feudo madridista iba a reforzar, todavía más, la moral de sus jugadores. Ese inconformismo azulgrana se transformó en premio para Ricky Rubio que a falta de tres minutos para el final ya firmaba su mejor actuación de la temporada con 18 puntos y 24 de valoración.

También tuvo el suyo Navarro al repetir sus diez puntos por partido y ya van 14 de Liga Regular. Y el premio colectivo llegó casi al final del encuentro cuando algunos aficionados madridistas aplaudieron al máximo rival.