Pues ha tenido que llegar Ettore Messina para que el Real Madrid reine en Milán, una plaza antipática pues, como también ocurre en fútbol, los blancos no sabían lo que era ganar allí. Fue un partido malo, pero el resultado y el liderato lo curan todo. El primer puesto presagia un grupo más cómodo en el sorteo del Top-16 del próximo lunes. Queda mucho camino por delante, pero los pasos conducen hacia París, sede de la Final Four, la cita ineludible para Messina todos los mayos.
Llull fue el mejor y eso es lo curioso de la historia. Once puntos en once minutos son la mejor radiografía de que su tobillo se ha recuperado bien. No jugaba desde hacía un mes, pero su aportación resultó determinante. Con dos triples casi consecutivos permitió al Real Madrid abrir la brecha definitiva en el marcador (el segundo puso el 58-65). Poco antes, en el sprint del tercer cuarto, Kaukenas había firmado otros dos triples que dieron ventaja (52-54) a un Madrid que no dominaba desde el 0-2 inicial. Los tiros libres de Lavrinovic abrieron el guión, pero a partir de ahí sólo hubo una voz, la del Armani Jeans Milán. Mancinelli se echó al equipo a los hombros, con cuatro puntos seguidos y un tono defensivo que contagió a todos.
El parcial de 11-0 (11-2) enfadó a Messina, que castigó a Velickovic y lo siguió haciendo el resto del partido. El partido del serbio, al igual que el de Hansen o Bullock, fue sencillamente para olvidar. La zona dio resultado a Bucchi y sólo la entrada en juego de Prigioni aclaraba un chocolate demasiado espeso.
Triples.
Con 26-26, Llull reapareció, pero poco después Bulleri comandaba un nuevo arreón local (37-29). Bullock seguía-estando-sin-estar: Viggiano le taponó un triple y machacó el aro en el contraataque y Messina decidió mandar al americano al banquillo. Con 52-54 y un quinteto made in Spain (Llull, Vidal, Garbajosa y Reyes junto a Kaukenas) arrancó el último cuarto. Y en la ruleta rusa de triples -Llull, Viggiano, Vidal, Bulleri, Llull- salió airoso este Real Madrid que incluso se atreve a hacer historia. Ganó en Milán; buen sitio para que el club vuelva a estar de moda.
