El rodillo de Messina derrite al Cajasol

acb | real madrid 81 - cajasol 61

El rodillo de Messina derrite al Cajasol

El rodillo de Messina derrite al Cajasol

En un cuarto (28-8) el Real Madrid ya había amargado el regreso de Joan Plaza a Vistalegre. Cajasol tuvo un día nefasto y al partido le sobró prácticamente todo el segundo tiempo. Velickovic y Jaric dirigieron la espléndida primera parte del equipo de Messina, que resolvió por la vía rápida y arranca la segunda vuelta sin perder de vista a Barcelona y Caja Laboral.

Joan Plaza está haciendo un trabajo espléndido en Sevilla. Ha convertido a Cajasol en un proyecto saneado y vital tras años de acumular polvo y frustraciones. Él también ha respirado al dejar atrás el aire demasiado viciado de sus últimos meses en el Real Madrid. La cosa marcha y quizá lo único que Plaza cambiaría de esta temporada es el doble enfrentamiento contra su ex equipo. Recibió la temporada apalizado en su pista en el debut ACB de Messina y salió escaldado también de su visita como rival a Vistalegre. Rival pero no enemigo, a juzgar por la ovación de un público que ya recuerda más un título de liga que un período oscuro y escasamente competitivo. Si el recuerdo en la afición del Real Madrid embelleció a Plaza, la imagen de su Cajasol fue impropia de quien marcha sexto en la tabla con 10 victorias y billete para la Copa. Allí, en Bilbao, le espera el Regal Barcelona. Allí ya sabe el equipo andaluz qué tiene que cambiar con respecto a este partido para inquietar siquiera al ogro azulgrana: absolutamente todo.

El partido que abrió la segunda vuelta de la temporada ACB demostró que el Real Madrid ha recuperado el pulso tras su amargo trago navideño y sus cuatro derrotas seguidas. Ayudó a alimentar las voces que hablan de un desnivel abismal entre los tres primeros y el resto y se finiquitó en apenas dos cuartos. Al descanso (50-19) el partido estaba ventilado con un diferencia de valoración de 76 a -3 que habla por sí misma. Después Cajasol tuvo vergüenza torera y salió del vestuario con ánimo de convertir la derrota en una cuestión más o menos decorosa. Ganó el tercer cuarto por 10-23 y dejó un marcador siempre desequilibrado pero menos llamativo.

Tan de agradecer ese esfuerzo del equipo sevillano como criticable su falta de cuajo desde el salto inicial. Dormido y casi sin tensión competitiva, tendió un puente de plata a un Real Madrid que despegó (16-2 en medio cuarto) y voló hasta ventajas escandalosas en el segundo cuarto (46-17). Sólo Triguero hasta que se cargó de faltas mostraba señales de vida en un equipo que seleccionaba mal el tiro, acumulaba pérdidas y fallaba en aspectos que le han definido en su estupenda primera vuelta: la defensa, la carga del rebote ofensivo.

Cajasol además careció de instinto para enfriar el partido, capear el temporal y mantenerse con vida. Dio la sensación de venirse abajo con la primera contrariedad, de jugar con ganas de marcharse al vestuario. Permitió al Real Madrid engrasarse y correr, manejar siempre los tiempos y abrir un abismo de sensaciones y números. Y jugar al baloncesto, así de sencillo. El Madrid sacó el rodillo a base de juego lógico y fluido. El ABC del básquet. Reboteó y corrió, encontró buenos tiros, circuló bien, defendió con brazo fuerte y piernas ágiles. Su acelerón inicial vino propiciado por las asistencias de Prigioni, los puntos de Velickovic y la facilidad de Jaric para sumar en todos los apartados estadísticos. Después todos se animaron en un magnífica actuación coral que no necesitó esta vez de las otras veces decisivas proezas de Lavrinovic o de una aportación muy alta de Felipe, Kaukenas o un Bullock que sacó el fusil desde 6'25 ya en el último cuarto. Llull evidenció que es fundamental en este equipo y la única mala noticia fue la lesión de Hansen, que se suma ahora a Vidal en una enfermería que nunca se termina de vaciar por completo.

El público asistió relajado a un segundo tiempo totalmente destensado. Cajasol limpió su imagen hasta el 70-53 mientras el Real Madrid consumía minutos con el piloto automático puesto y en ruta hacia una victoria que era innegociable, como todas ya para un Real Madrid exigido al máximo por sus pecados navideños y por el ritmo infernal de Caja Laboral y sobre todo ese Barcelona que tiene tiritando de terror a toda la Europa baloncestística. Un Real Madrid que pinta a llegar a la Copa en perfecto estado de revista y con Ante Tomic en camino. Una Copa donde también estará un Cajasol para el que la buena noticia del partido es que no tendrá que volver a enfrentarse a este Real Madrid al que no toma el pulso. No lo hizo en su pista, tampoco lo ha hecho en esta invernal tarde de baloncesto en Vistalegre. Vistalegre.