Que para el Maroussi griego estar en el Top-16 es ya un premio no le cabe duda a nadie, pero si le dejan la oportunidad de marcar su ritmo lento de juego, y si el rival se relaja en exceso, puede crear alguna complicación.

Eso fue lo que le pasó al Regal Barcelona anoche. Es cierto que los de Xavi Pascual siempre mandaron en el marcador y llegaron a tener una cómoda ventaja de 20 puntos (54-34, min. 26). Pero también lo fue que existió una excesiva apatía que complicó las cosas ante un rival limitado y que no es ni temible en casa, ya que, por no disponer de un pabellón acorde, sus encuentros como local los juega en el inmenso OAKA ateniense.

Quizás el 19-5 del primer cuarto hizo confiarse en exceso a los azulgrana y, a siete minutos para el final, el marcador señalaba un corto 60-52. Navarro, que ayer hizo de Ricky, y Lakovic lo arreglaron con un parcial de 15-4 en cuatro minutos (75-56). Y, de nuevo, relajación hasta el final. Fue normal que Pascual se enfadase: "Nos faltó instinto asesino".