Si Cristiano Ronaldo jugara al baloncesto quizás querría parecerse a Sergio Llull. El menorquín ha dado la victoria al Real Madrid frente al Montepaschi Siena con un triplazo en el último segundo que salva el basketaverage con respecto al equipo italiano y que permite al equipo de Messina depender de sí mismo para acabar primero de un grupo en el que todos están empatados a dos victorias y dos derrotas.
Después de un partido irregular en el que el triunfo blanco parecía imposible al término del tercer cuarto, Sergio Llull ha liderado la reacción madridista y la ha completado con un triple a lo Jordan: cayéndose, recibiendo la falta del rival, y en el último instante. El Real Madrid ha pasado de ser último a segundo del grupo de la muerte en un partido en el que una derrota podría significar el adiós de los de Messina a otro título.
Y es que, el Real Madrid llegaba a este decisivo encuentro moralmente tocado, muy tocado, tras la punzante derrota en la final de Copa ante su bestia negra de la temporada, el Regal Barcelona. Sin apenas tiempo que invertir en psicólogos, el Madrid se ha encontrado de repente delante del reciente campeón de la Copa italiana, el Montepaschi Siena, ante el que no podía fallar. Tenía que ganar y si era por 8 puntos para ser primero (salvando el basketaverage), mejor.
Con un palacio de Vistalegre repleto y entregado a su equipo, el Real Madrid salió con Prigioni, Kaukenas, Hansen, Garbajosa y Lavrinovic en el quinteto inicial. Pronto rectificó Messina dando entrada a Marko Jaric (duda por una gastroenteritis) y a Noviça Velickovic, aunque el mejor jugador blanco en el primer cuarto fue Darius Lavrinovic, que se fue al banco con 2 de 2 en el tiro exterior y 1 de 2 en triples (7 puntos). Recogió el testigo anotador, su gemelo Ksistof, pero a favor del Montepaschi.
El duelo en pista entre los idénticos hermanos se produjo en el segundo cuarto pero pasó a un segundo plano ante la explosión anotadora del ex azulgrana Romain Sato (17 puntos, 20 de valoración al término de la primera mitad). El acierto del nigeriano y la férrea defensa diseñada por Simeone Pianigiani secó durante 4 minutos y medio al Real Madrid, que veía cómo se alejaban los italianos. A falta de 6.30 para llegar al descanso, los de Messina sumaban 1 de 10 en triples (1 de 11 al descanso) y ya habían cometido cinco pérdidas de balón (8 al descanso). Con Bullock en pista, olvidado en los últimos partidos por Ettore, fueron Kaukenas y Tomic quienes frenaron el despegue de los de Pianigianis, pero el gran momento de Sato y las aportaciones de McIntyre, Hawkins y Eze, dejaron el 32-37 al descanso. El Real Madrid sufrió de ansiedad durante la primera parte y adoleció de liderazgo en ataque. Hasta el momento, la mejor noticia era la aportación de Tomic (con más presencia que Felipe Reyes) y el resultado, que aún no era insalvable.
En la reanudación, Marko Jaric acercó a uno al Real Madrid, pero una falta no pitada a Lavrinovic, unos pasos obviados y otra falta en ataque de los italianos que se comieron los árbitros desestabilizaron a los locales. Domercant, primero, y McIntyre, en dos ocasiones, pusieron con tres triples esa ventaja de 8 que tanto anhelaba el Real Madrid al comienzo de partido y que cada vez veía más inalcanzable.
Lento en la transición defensiva y sin posibilidad de correr en ataque debido a la endeble defensa madridista, los de Messina vivieron de los momentos de inspiración de sus estrellas. Antes del fin del tercer cuarto, Llull inauguró su casillero con un triple y una de dos que permitían a los madridistas seguir en el partido. T-Mac y Zisis disimularon el 'impasse' anotador de Sato, que desaparecido en este cuarto (0 puntos) y finalmente en el encuentro.
Al igual que Llull, Reyes tardó en aparecer pero lo hizo cuando más los necesitaba su equipo. Ambos lideraron la remontada blanca y levantaron a Vistalegre. Un triple del menorquín puso por delante a los blancos (57-55), a falta de 7 minutos. Hansen prolongó la racha y con cinco puntos arriba el Madrid, Pianigiani paró el partido. La mejora en el perímetro (tres triples en la segunda parte) y la fortaleza defensiva redimió al Madrid.
Los ansiados ocho puntos se reflejaron en el marcador a falta de 4.29 para el final tras un triplazo de Llull, el instigador de los madridistas. Pianigiani, algo desesperado ante el bajón de su equipo y el clamor de Vistalegre, gastó todos sus tiempos muertos y se encomendó al acierto de Mctyred, Sato y Domercant. En el bando madridista, Tomic (18 de valoración) arregló algún que otro desaguisado de Felipe Reyes y firmó su mejor partido de blanco en un día clave.
Un triple para la historia
Con la victoria en el bolsillo, el Madrid fijo su objetivo en el basketaverage y se jugó gran parte de sus aspiraciones en una última jugada. Ganaba de 5, faltaban 5.1 segundos y necesitaba un triple. Balones a Llull. Messina dibujó un aclarado para Sergio que no funcionó pero el balear se las apañó para marcarse un triplazo desde ocho metros, casi cayéndose, que pone al Real Madrid segundo del 'grupo de la muerte'. El 'proyecto Messina' resiste. La Final Four está más cerca.
