El Madrid pincha y se las verá con el ogro: el Barça

Baloncesto | Euroliga | Real Madrid 64 - Maccabi 66

El Madrid pincha y se las verá con el ogro: el Barça

El Madrid pincha y se las verá con el ogro: el Barça

adrián julián

Tres triples de Llull levantaban a Vistalegre: 29-13. El liderato, la ventaja de cancha en cuartos y un cruce asequible con el Partizán estaban a tiro. Pero hubo desplome y nervios. El Maccabi se puso arriba en el último minuto con un triple de Eidson. Ganó.

No era la semana del Real Madrid, quedó clarito ayer. El baloncesto secundó al fútbol, otro jarro de agua helada cuando la Final Four parecía más cerca que nunca en 14 años, cuando mediado el segundo cuarto los triples de Llull -tres casi consecutivos, más otro de Prigioni- aupaban al Madrid 16 arriba. Vistalegre botaba y el Barça dominaba en el Palau, el cruce de cuartos colocaba a los de Messina frente al Partizán con ventaja de pista.

Con todo a favor el equipo blanco se acomodó antes de tiempo, tanto que se quedó dormido. El despertar fue tremendo. Muy duro para la plantilla y para una afición que teme ahora un correctivo azulgrana por partida triple (el playoff es al mejor de cinco encuentros). "Hubiera sido mejor quedar eliminados", comentaba algún aficionado desalentado. Quizá no sea para eso, pero la realidad es descarnada. Los jugadores se retiraron hundidos, como si ya no atisbaran opciones. Estuvo tan cerca; tan, tan cerca...

El Maccabi, sin embargo, con labor de hormiguita, dominando el juego por encima del aro, con más músculo y mareando a los locales con su defensa mutante, con cambios continuos, fue recortando, minuto a minuto, sin descollar. Un paso más cerca cada vez: un, dos, tres, al escondite inglés. Y, al percatarse el Madrid de que no era un juego, se encontró de sopetón la cara más brutal de Lasme, Perkins­ y Eidson, aunque el mejor había sido D'or Fischer­ mano a mano con Tomic.

De nada había servido que el Madrid sujetara el rebote, cerrara espacios y maniatara a las dos figura de la ida en Tel Aviv, Alan Anderson y Chuck Eidson. El desbarajuste final, los agujeros en defensa en los instantes claves y la concesión de segundas opciones en el tiro desbordaron como una gran riada el muro levantado con las esperanzas blancas. Anegadas.

El Madrid había vivido demasiados momentos al límite en este Top-16, pero llegaba triunfador hasta el último minuto de ayer. Un triple de Eidson dio entonces al Maccabi la primera ventaja del partido (61-62). Respondió Hansen con la puntera rozando la línea de 6,25: 64-64 a 13 segundos de la bocina. Pero el americano hizo falta. ¿De ataque o de defensa...? Le cayó a él. Anderson y los brazos macabeos acogotaron a Llull­ en la banda, y con él al Madrid y a las esperanzas de una afición doliente. No está eliminado, no; espera el Barça. "Todos en Europa piensan que carecemos de opciones", diría luego Messina. "Nos prepararemos en silencio y... Veremos".