Han tenido que pasar siete años para que el Regal Barcelona vuelva a una final de la Euroliga y dejar atrás a esa bestia negra, el CSKA de Moscú, que le dejó fuera de la misma en 2006 y 2009.

Será la sexta final de los azulgrana en la competición y la tercera en la capital francesa. La primera, en 1991, se perdió claramente ante el KK Split (70-65); la segunda, ante Panathinaikos (67-66), estuvo y está marcada en el corazón de los barcelonistas por el polémico tapón de Vrankovic sobre Montero. Mañana llegará la tercera y todos esperan que sea la vencida y el segundo título en la historia del club tras el de 2003.

En cualquier caso, no fue fácil para la escuadra de Xavi Pascual doblegar al campeón ruso, que empezó marcando el ritmo del encuentro y dominando el rebote ofensivo (cinco en apenas tres minutos). De esta manera, el marcador señalaba un amenazador 2-9 (min. 5) y la ofensiva azulgrana también fallaba. Ahí surgió la garra de Pete Mickeal (seis puntos consecutivos) y el acierto de Ricky y Vázquez para acabar arriba ya el primer cuarto (12-11).

Con 17-19 (min. 14) llegaba la tercera falta de Viktor Khryapa, una pesadilla en el rebote junto a Saha Kaun. Xavi Pascual ponía centímetros en pista con la entrada de Boni Ndong y devolvía a Ricky como base. El pívot senegalés destrozaba la zona rusa (siete puntos y dos rebotes en cuatro minutos) y el marcador ya señalaba un claro 29-21 al descanso.

El CSKA se ponía las pilas tras el intermedio y Holden, Langdon y Siskauskas -que hizo un partido extraordinario- ponían presión a los barcelonistas (45-41, min. 28), aunque llegaba la cuarta falta de Khryapa y el dominio del rebote se equilibraba. Los de Pashutin no cedían (49-46, min. 35). Pascual pedía tiempo y ordenaba presión defensiva. Lorbek controlaba el rebote y Vázquez, merced a fantásticas asistencias de Ricky, destrozaba el aro rival (56-50, min. 38).

Siskauskas.

Sólo ya con Siskaukas como referente ofensivo y desgastado por la defensa barcelonista, el CSKA también bajó en su defensa y dos triples seguidos, uno de Erazem Lorbek -verdugo de su ex equipo- y otro de Ricky Rubio, que culminaba una gran actuación (10 puntos, ocho asistencias y dos recuperaciones para 19 de valoración), culminaban la venganza.