El Madrid crece con Tomic y fuerza el quinto partido

Baloncesto | Playoff ACB | Real Madrid 80 - Caja Laboral 62

El Madrid crece con Tomic y fuerza el quinto partido

El Madrid crece con Tomic y fuerza el quinto partido

felipe sevillano

Reyes y Bullock secundaron al croata, que estuvo genial

Dicen las malas lenguas que Jorge Valdano y Antonio Maceiras han pedido a Alberto Herreros que se vista de corto, que aguardan su triple salvador en el Buesa Arena. Que cinco años no son nada. Por lo pronto, el Real Madrid, que bailaba en el alambre, ha forzado el quinto partido en su semifinal con el Caja Laboral. Ninguna apuesta es fiable, porque la serie ha sido una montaña rusa en la que los pájaros han disparado incluso a las escopetas (Reyes, por ejemplo, anotó ayer tres triples). De nuevo Valdano y la famosa frase con la que resumió aquel caño de Chendo a Maradona.

Imprevisible, así ha sido la eliminatoria hasta ahora. Imprevisible como que los mejores momentos del Caja Laboral en el primer cuarto llegaran con Splitter en el banco -sumó dos faltas en minuto y medio- y Teletovic ganándole la partida a Reyes con un 2+1 que deparó la primera ventaja vasca (21-24). Reyes, eso sí, se tomó cumplida revancha. Lastimó al bosnio en el cuerpo a cuerpo y se saltó a la torera la prescripción médica que sigue en estos playoffs: un triple al día. Ayer, para deleite de los estadísticos, anotó tres, lo que supone un récord en su hoja de servicios.

Triples.

¿Casualidad? No. Reyes tira más, pero sobre todo, aprovecha el repliegue de pívots y no pívots rivales ante la espigada figura de Tomic. El croata ofreció su mejor recital, con doble-doble (19 puntos-14 rebotes) y 36 de valoración. El futuro ya está aquí, dirá alguno, y el pasado lo sigue estando, reivindica Bullock, autor de tres triples, dos de ellos vitales para abrir brecha (45-39) al borde del descanso. A partir de ahí, el Caja Laboral murió, pues sólo San Emeterio y Splitter mantuvieron el mentón arriba.

Enfrente, con Vidal y Jaric unidos a la causa, Prigioni en jefe y sin Llull -se fue al vestuario en el segundo cuarto y ya no volvió-, el Madrid navegaba firme, tan firme que su proyecto recala mañana en un muelle sin mar: Vitoria. El mismo Ivanovic que ayer negaba el paso a los micrófonos de TV en los tiempos muertos debe dar voz a su equipo. Cinco años después de aquel triple por el que perdió una liga. De nuevo con Splitter, pero ahora ¿sin Herreros?