La vida sigue igual

SUPERCOPA | BARCELONA 89 - REAL MADRID 55

La vida sigue igual

La vida sigue igual

Partidazo de Ricky y Morris ante un adversario que hizo el ridículo. Tucker fue el más acertado de los fichajes blancos. El equipo azulgrana jugará por segundo año consecutivo la final de la Supercopa. Esta vez estará enfrente el Power Electronics.

La palabra 'construcción' va ser el tormento de todo madridista hasta que las piezas empiecen a engranar. En la sección de baloncesto también va a ser así. Esta noche ha tenido su primera piedra de toque ante el Barcelona y ha salido del Buesa Arena sonrojado por un equipo esculpido a la perfección. Algunos pedirán tiempo al nuevo proyecto, es legítimo, pero una disciplina como el Real Madrid no puede arrastrarse por la cancha por muy verde que esté todavía. El Barcelona se aprovechó de la inmadurez y el despropósito a la perfección para colarse en su segunda final consecutiva de la Supercopa donde espera el Power Electronics Valencia. Destacaron por encima de todos Ricky Rubio (13 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y 22 de valoración) y Morris (16 puntos, 4 rebotes y 16 de valoración). En el bando madridista hay poco que pescar. De la quema sólo se salvó Tucker con 15 puntos.

El primer gran reto de la segunda parte Messina emprendió sin ningún fichaje en el quinteto inicial en el parqué del Buesa Arena. El italiano apeló a la 'vieja guardia' para tantear a un Barcelona acomodado a las nuevas reglas. Sobre todo al alejamiento de la línea de tres. En la primera probatura del encuentro, Navarro estrenó el casillero desde los 6,75 y mostró su impasibilidad al retraso de la línea. A Mickeal le llamó la atención la facilidad mostrada por el español e hizo lo mismo a las primeras de cambio.

El Madrid prefirió elaborar más sus jugadas y emprendió una buena presión defensiva para hacer sombra hasta el ecuador del cuarto. Fue en ese momento cuando Sergio Rodríguez cuajó sus primeros minutos oficiales con la elástica blanca. Mal momento para debutar. Con el canario en el parqué vitoriano el Real Madrid sufrió el primer zarandeo de la noche con un parcial de 11-0 (17-6). El equipo de Xavi Pascual dañaba a su rival con una buena defensa y rápida salida. Justo lo contrario pasaba en el bando madridista que se agarrotaba a la hora de crear y se desesperaba ante los tapones de Morris.

El Barcelona cerró el primer cuarto con el rodillo a pleno funcionamiento (26-15) y disfrutando del acierto de sus muñecas desde la lejanía. Navarro puso el punto final a ese periodo con el cuarto triple azulgrana. El Madrid enfiló el banco con uno, de Llull. Pero lo peor estaba por llegar. Si el Madrid acabó mosca en los primeros diez minutos, los siguientes fueron una auténtica pesadilla. Mover la defensa azulgrana y hacer penetraciones resultaba imposible para un Madrid lento en la circulación. La torpeza madridista sacaba a relucir, aún más, la efectividad de un equipo ya acoplado.

Pero el letargo madridista se vio alterado, levemente, por Clay Tucker. Mientras el equipo madridista va tomando forma, los más optimistas pudieron sustentarse momentáneamente con el estadounidense. Con dos triples seguidos Tucker acortó las distancias hasta los trece puntos, pero el Barcelona cerró el segundo cuarto de la misma forma que hizo en el primero, con un triple desmoralizador (49-25).

Así terminó y así comenzó. A base de triples echó a rodar el tercer cuarto pero la balanza siempre se vencía del lado catalán por un Morris espectacular hasta ese momento (5 de 5). Ese juego terminó incendiando al Real Madrid que se vio sin darse cuenta con 37 puntos de desventaja (69-32) y con un parcial de 21-0.

Hasta entonces Messina mantenía el tipo sabedor del tiempo que tiene por delante pero cuando el partido tomó ese cariz, la cara del italiano se torció por completo. Pidió tiempo muerto y acto seguido dio sus primeros minutos a Sergi Vidal. El suplicio madridista se agigantaba por momentos y nada hacía presagiar un cambio de guión, aunque sólo fuera por imagen.

Hasta 40 puntos de ventaja atrapó el Barcelona para ridiculizar a su máximo rival por historia. La superioridad azulgrana era tal que la valoración del Barcelona al término del tercer cuarto era de 104 y la del Madrid de 12. Además todos los jugadores azulgranas ya habían anotado hasta entonces.

Los últimos minutos, esta vez los de la basura, sirvieron para ver algo de D?Or Fisher y acortar mínimamente el marcador (89-55). Mucho va atener que trabajar Messina para endentar a un Real Madrid que ha hecho el ridículo en su primer 'Vis-à-vis' con el eterno rival.