Nando de Colo, talentoso base francés especialista en canastas in extremis, fue el héroe del Power Electronics Valencia. Su canastón, forzando la entrada, a dos segundos de la bocina mantiene viva la maldición de la Supercopa. Nunca el anfitrión ganó el título; y esta vez el tropezón local tiene más miga. Se va el Caja Laboral, el rey del torneo con cuatro títulos.

Ivanovic, con el equipo en construcción (puede llegar Brezec), se agarró a la vieja guardia. Papel testimonial para los nuevos, para Haislip. No hay excusas, porque el que de verdad llegaba cojo a Vitoria era el Valencia, sin sus dos pívots titulares (Augustine y Javtokas). Pero, paradojas del baloncesto, hasta la irrupción de De Colo, Lishchuk y Sundov (la torre suplente y el temporero) ejercieron de estrellas. El Caja Laboral abusó del triple (27 lanzamientos de 6,75 m), con Teletovic dando un malísimo ejemplo (2/10), incluido el tiro final a lo Teodosic. Falló, claro.