Ees verdad que el Lottomatica venía jugando mejor en Europa que en Italia, pero cuando un equipo ha perdido en su liga seis de los últimos siete encuentros, no hay mucho más que añadir. Triste imagen de los de Boniciolli, al que vimos bastante más crispado que hace cinco semanas. Imagino que con una racha como la que arrastra en el zurrón y un juego como el de su equipo, no hay tila que lo calme. Y menos mal que ha vuelto Datome, porque­ Djedovic­ firmó -11 de valoración -así nunca regresará al Barça­-, Dasic zozobró y Charles­ Smith fue baja.

Para sacarles las miserias a los romanos, enfrente hubo un bloque que va dando pasitos al frente pese a errar de nuevo en el lanzamiento: 11 de 40 al descanso. Lo compensó con máxima intensidad -la de Velickovic-, con defensa y con tapones. Uno tras otro, hasta once recoge la ficha oficial, pero al menos fueron­ trece, con D'or Fischer coronado como rey de los gorros. Seis le apuntan, súmenle uno más. Evitó doce puntos y cambió no sé cuántos tiros más que no entraron, y otros muchos que ni se hicieron. Metió miedo, mucho, hizo de Fran Vázquez, exactamente para lo que le fichó el Madrid. Con sus tapones, además, ha conectado con la grada y en los últimos partidos se le ve con más presencia en el engranaje blanco. Pero no se equivoquen, no le pidan juego de pies ni resolución ofensiva, para eso andan otros. Como Mirotic, puro talento, que, como dice Messina, encaja especialmente bien con Fischer.

El canterano volvió a contar (16 minutos) y a convencer. Fino en ataque, peleón atrás, en el rebote, más aciertos que fallos. Con 19 años le aguarda un tobogán. Requiere confianza, sin llegar a creérselo. La fina línea entre el germinar de una estrella o una nueva semilla perdida en el camino. Y gustó Mirotic en un buen día de Garbajosa, clave con tres triples en el despegue madridista del tercer cuarto. Apuntes positivos en un duelo sin emoción. El Madrid amarra el Top-16 y sueña con el liderato, aunque necesita otro traspié del Olympiacos.