Atracón del Madrid antes de visitar al Barcelona

Euroliga | Real Madrid 94-Charleroi 45

Atracón del Madrid antes de visitar al Barcelona

Atracón del Madrid antes de visitar al Barcelona

felipe sevillano

El Madrid pasará una Navidad feliz, aunque la despedida del año dependerá de su visita al Palau el próximo día 30. El Charleroi pagó los platos rotos de la ida, donde los de Messina jugaron el peor partido del año. Hubo revancha y debut del canterano Arteaga.

Entre el golpe en la mesa del pasado sábado en Vitoria y la visita al Barça del día 30 pasarán doce días, con celebraciones navideñas incluidas. Demasiado tiempo, y disperso. De ahí que al Madrid le viniera tan bien amontonar buenas sensaciones antes de viajar al Palau. Diríamos que hasta se pasó. Cada jugador se volvió a casa con una carretilla llena de cosas positivas. Atrás quedó un Charleroi aplastado en la Caja Mágica, con una bajada de brazos espectacular en el último cuarto: 26-4. Y con dos tiros de cuatro metros que pasaron por encima del tablero, lanzamiento a palos, puro rugby.

El partido en sí fue una revancha personal, una catarsis colectiva, nada de una venganza contra el campeón belga, aunque pagara los platos rotos de la ida (67-49); y los vasos y las tazas... Lo pagó todo, la verdad. Los de Messina, sencillamente, arrasaron: 49 puntos arriba, 94-45.

Ya no hay dudas de que el peor partido blanco del año fue el de hace cinco semanas en Bélgica. Entonces cayó por 18, diferencia que ayer había remontado a los quince minutos. Al descanso, lucía 46 puntos en el marcador, tres menos que en toda la ida. Y el Charleroi apenas alcanzó los 45 cuando el bocinazo puso fin a la pesadilla.

En el Madrid las sonrisas y los gestos de complicidad se multiplicaron, en especial cuando el júnior Víctor Arteaga (2,10 metros) anotaba su primera canasta con el último tiro. El colofón a una noche feliz, donde el equipo blanco practicó una zona por aquí y una defensa press por allá. Con Fischer on fire (diez puntos de salida), con Sergio Rodríguez rompiendo por velocidad y, por supuesto, con Mirotic iluminado, a punto por minuto. Navidad feliz, de momento; la salida y entrada de año es otra cosa, se verá en el Palau.