El Bizkaia Bilbao Basket dio un claro paso adelante para asegurarse su presencia en la Copa del Rey al imponerse a un CAI Zaragoza que quería cerrar de mejor manera el brillante año de su regreso a la máxima categoría y que ahora, dada la tremenda igualdad de la Liga ACB, se ve demasiado cerca de los puestos de peligro.

Los zaragozanos acusaron su menor potencial de banquillo en los diez minutos finales, con varios jugadores que en otros momentos han sido decisivos y que ahora atraviesan un preocupante bache como Rafael Hettsheimeir o David Barlow en los casos más llamativos, que se tradujo en cinco rebotes capturados menos que su adversario y que terminaron siendo determinantes para el desenlace final.

El conjunto vizcaíno tuvo muchos problemas en el primer cuarto para superar en el juego interior a la defensa zaragozana y logró sobrevivir gracias a su gran acierto en los lanzamientos triples, ya que de los dieciséis puntos doce los logró en tiros desde la línea de tres puntos.

Los hombres de José Luis Abós mostraron una notable intensidad tanto en defensa como en ataque que les sirvió para mantener su dominio en el marcador, aunque sin llegar en ningún momento a abrir un hueco preocupante sobre todo por su inusual falta de efectividad en los lanzamientos de tres con un solitario acierto de ocho intentos.

Un buen comienzo en el segundo cuarto permitió a los rojillos alcanzar su máxima ventaja (24-16), pero a partir de ahí los jugadores del griego Fotis Katsikaris empezaron a recortar diferencias.

Además lo que no alcanzaban a recortar los bilbaínos algunas decisiones controvertidas del trío arbitral, con dos técnicas a los locales, les permitieron contar con hasta cinco puntos de ventaja (34-39) en el último minuto antes de irse al vestuario.

Tras el descanso, el juego se tornó más racial y físico que técnico en el que tanto los locales como los visitantes cometían excesivos errores y en el que la inspiración de Vasiliadis sirvió a su equipo para cerrar el tercer cuarto con cinco puntos por delante de su rival.

Los bilbaínos supieron mantener fría la cabeza y defender las mínimas ventajas que tuvieron siempre en los diez últimos minutos y también su mayor agresividad en la faceta reboteadora en la que aventajaron con claridad a su rival sobre todo en la recta final del encuentro.