Las crudas perspectivas del conjunto amarillo se deben a que la fecha de la final ha sido fijada para el 8 de mayo por la tarde, cuando comienza en Israel el llamado Día del Recuerdo a los Soldados Caídos, uno de los más solemnes del calendario.

La dirección macabea ya anunció en repetidas ocasiones que no jugará en esa jornada, porque lo hizo hace 20 años en circunstancias parecidas y se ganó una sonada crítica que perjudicó gravemente su imagen local de "equipo nacional", informa el suplemento económico del diario Yediot Aharonot.

"La solución es mucho más complicada de lo que parece", escribe el periodista Yarón Arbel al hacer un balance de las consecuencias deportivas, disciplinarias y económicas que podría tener para el Maccabi el no presentarse a la final, si es que supera al Caja Laboral y gana en la semifinal.

Según Arbel, la opción de no presentarse a una final de la Euroliga, con la humillación que ello representaría para los organizadores y la perdida de ingresos en transmisiones y publicidad, no existe realmente para el conjunto macabeo.

El Maccabi es consciente de las extremas dificultades para mover la fecha de la final, sobre todo porque no se trata de una fecha religiosa y la percepción y sensibilidad que los europeos tienen hacia un día de recuerdo a los soldados es distinta a la que se tiene en Israel, donde es un día casi sagrado que paraliza el país.

Por lo que el periodista le recomienda que, si llega a semifinales, lo más apropiado sería dejarse ganar por el rival para evitarse problemas en Israel, en el entorno del baloncesto europeo y, posiblemente también, en los tribunales con los patrocinadores que puedan llegar a demandarlo.