El Helmántico se preparaba para el Salamanca-Ponferradina, pero los aficionados que llegaban poco a poco al campo de fútbol estaban pendientes de otra cosa. A casi 5.000 kilómetros, el otro equipo de la ciudad, el Halcón Avenida, luchaba por convertirse en el mejor de Europa. Todos atentos. Los dos marcadores del estadio charro emitían imágenes de la final de la Euroliga y los aficionados, que al final no pudieron sumar la segunda alegría de la tarde (el Salamanca empató a dos), veían atónitos como su capitana, Silvia Domínguez, lloraba de la emoción en el banquillo junto a Isa Sánchez y Erika De Souza.

"Un segundo. No puedo hablar", balbuceaba la pequeño genio, que fue las piernas, el descaro y el corazón de un equipo que ya es el mejor de Europa. "Esto vale por todas las finales que hemos perdido en los últimos años. Si alguien tenía que desbancar al Spartak éramos nosotras", añadía Domínguez, la encargada de revolucionar un partido que manejó a su antojo, dándole una lección­ a la mejor base del mundo, Sue Bird, que se quedó sin su quinta Euroliga.

El Spartak defendía título, mejor dicho, títulos, porque el gigante ruso había sumado los últimos cuatro cetros europeos. Su legado duró dos minutos, los que estuvo por delante en el marcador: el 2-0 inicial. Lyttle y De Souza hacían el trabajo sucio en la pintura, mientras los galones se los llevaba otra: Alba Torrens, elegida la MVP y que con un triple ampliaba a la veintena la ventaja para el Halcón (30-50, min. 27). Tras la máxima, el equipo se vino abajo. Parcial de 13-0 a favor de un Spartak, que se puso a cinco en el último minuto (57-62). Pero la serenidad De Mondt en los tiros libres (4 de 4 en la recta final) le dio el título al Halcón.

Las jugadoras llegarán esta noche a Salamanca, donde se prepara fiesta. Ayer, un centenar de aficionados acudieron a la Plaza Mayor como aperitivo a la celebración. Y todo, a tres días de las semis por el título liguero donde el Avenida quiere seguir aumentado su leyenda.