El Fuenlabrada llegaba a la Caja Mágica con la vitola de equipo revelación tras una magnífica temporada a pesar de contar con un presupuesto irrisorio. Esta tarde, sus nuevas camisetas lo decían todo: "Imposible + por -." Imposible más no sólo por los escasos recursos económicos, sino también por las continuas bajas de sus hombres clave -Rabaseda, Barton, la venta de Batista...-. También imposible hacer más en el primer partido de playoffs ante el Real Madrid, un equipo con el que el Fuenlabrada mantenía una racha de 26-6 en contra.
El partido comenzó de manera brillante y atípica para unos cuartos de final ACB, con mucho ritmo, alternancia de ocasiones y velocidad. También comenzó de manera más o menos habitual para las costumbres del Real Madrid, osea escaso de concentración y muy flojito en defensa. El primer cuarto tuvo dos nombres propios: Kus y Valters. El croata y el letón arrancaron con seis puntos cada uno y llevaron en volandas al "Fuenla" hasta el primer tiempo muerto de Molin (16-21), que no encontraba un patrón defensivo para frenar a los de Maldonado.
Tras el sorprende 20-27 del primer cuarto, Molin debió pensar que lo más fácil era tirar de individualidades, y no estaba del todo equivocado. El equipo blanco necesitaba romper el partido, imprimir carácter y levantar a la Caja Mágica... y comenzó el recital de Llull. El menorquín afinó la puntería y enlazó triple tras triple hasta dar la vuelta al marcador. El acierto anotador de Llull se compaginó con el buen hacer de Felipe Reyes, imponiendo galones en la zona, reboteando y colaborando con buenas canastas.
Por su parte, Fuenlabrada aminoró su ritmo ofensivo en el segundo cuarto: sin Kus ni Valters, los triples de Mainoldi y Quino Colom no llegaban, pero ahí estaba el joven Álvaro Muñoz, imperial en pocos minutos, con dos triples consecutivos que dejaban muy vivo al Fuenlabrada en el descanso (48-46).
Comenzó el tercer cuarto y se hizo bueno el slogan del "Fuenla". Ya era imposible hacer más. Despertó el Real Madrid, que tocó a rebato y reactivó a varios hombres desaparecidos hasta el momento. Sin embargo, el partido se rompió definitivamente cuando Gustavo Ayón -jugador revelación de la ACB- se metió al banquillo tras acumular cuatro personales. Desde ese momento, los de Maldonado comenzaron a perder parte de su fuelle, y sobre todo, presencia ofensiva, a pesar del voluntarioso Salva Guardia. Un triple de Tucker abrió brecha (61-50), pero el jugador del tercer cuarto fue un reactivadísimo Mirotic -14 puntos y 24 de valoración en el partido-, con dos triples consecutivos que pusieron un 70-59 a falta de un solo cuarto.
El último cuarto fue una mera confirmación de la tendencia del partido: a más el Real Madrid, a menos el Fuenlabrada. Sin fortuna ni precisión ya en el tiro exterior, el Fuenlabrada vio cómo poco a poco su rival engrosaba la distancia. Por su parte, el Real Madrid se pone con 1-0 en la eliminatoria, pero dejando una sensación ambigua y casi paradigmática esta temporada, la de un equipo con calidad pero al que le cuesta mentalizarse ante los retos. El próximo domingo tiene uno en Fuenlabrada, que todavía busca su primera victoria en unos playoffs.
