España despachó a Turquía con una diferencia de 49. Ayer Grecia ofreció más resistencia, pero se arrodilló ante un equipo que crece y ya está en la siguiente fase. Es el único invicto con Montenegro y Francia.

Grecia no llega, en cuanto a altura, ni a las rodillas al cuadro otomano, pero es más guerrillera. Pese a ello, el equipo de Orenga tuvo otra puesta en escena brillante. Mirotic, liberado esta vez de faltas, pudo jugar como el gran líder que es. Y eso que tuvo que desgastarse con Chrysikopoulos, firmado por el Biella y otra estrella en potencia de brazos interminables con muchos gestos similares a los del ala-pívot del Madrid. Al margen de los problemas en el tiro libre, todo salió bien. España dio un paso atrás, que aprovechó el cuadro heleno para empaquetar un 0-8 (61-56). Orenga sacó a Simeón y Mirotic. El último cuarto arrancó con 2-15 y otra sinfonía descomunal de Sastre.