De repente, una noche con intensidad de playoff. Y en el Kaunas Arena, de estreno y rugiente con 15.000 gargantas lituanas, España, la Selección campeona de Europa, se vio sacudida. A ratos, desbordada. Por poner un ejemplo que Pau Gasol recordará bien, la Selección sufrió un zarandeo similar a aquellos que propinaban los Dallas Mavericks a los Lakers del mismo Gasol.
España sólo ganó un cuarto, el tercero, tras caer a una sima de 20 puntos de diferencia (55-35), en el minuto 22, cuando ya venía bajo la losa del demoledor 50-33 del descanso. Scariolo penó para alimentar a sus hombres altos ante el superior ritmo de Lituania, que, como diría el mismo Jasekivicius, necesitaba mucho más el triunfo en la puesta de largo del imponente Zalgirio Arena.
Lituania desencadenó una salida explosiva para sorprender a los grandes pívots españoles de la NBA. Se llama statement game, partido de declaración de principios o intenciones. Lituania pegó y corrió: muchísimo. Los árbitros lituanos echaron algunas tachuelas bajo las torres españolas, y la primera brecha se abrió en el minuto 16: 42-26 para Lituania, tras un 11-0: el fuerte ritmo y las alternancias zonales de Lituania ahogaban el passing game, la circulación de balón de una atascada España. Con rápidas trampas zonales como redes en 2-1-2, los lituanos cazaban en el Arena. España era la presa.
Jasikevicius, Kalnietis, el escolta del Zalgiris, y Jasaitis (increíble: sin equipo) pasaban y tiraban como estrellas fugaces ante una defensa española, que contemplaba mucho y ajustaba poco. Javtokas y Pocius emitían chispas ante Navarro y Marc: el 55-35 hacía presagiar el desastre. Carlos Suárez, Sada y San Emeterio se esfumaron en el combate sin dejar rastro.
Ahí, España empezó a defender, mientras la demostración física pasaba factura a Lituania. Surgió Ricky Rubio y los dos Gasol empezaron a recibir buenos balones. El triple de Marc valió el 65-58 que cerró el tercer cuarto, tanteo parcial de 15-25. Parecía venir el asalto español: 67-62 (Llull), con dominio en rebotes (45-36) y más de siete minutos por delante. Pero cuando se va tan al límite, no se puede fallar nada. Los errores en tiros libres de Ricky y Pau Gasol dieron aire a Lituania, que remató como empezó, a galope tendido y con triples de Jasikevicius y el improbable Jasaitis: 88-76. Agresividad. Intensidad. Playoff a la lituana.
