Lituania sufrió para ganar Gran Bretaña, demasiado para lo que indica el marcador final 80-69, y más por deméritos propios que por virtudes ajenas, porque los de las islas demostraron que son Deng y diez más y los locales pensaron en ganar sin demasiado esfuerzo.

Con un 0-6 inicial, los británicos demostraron sus intenciones aunque sólo con Deng, que jugó los 40 minutos, y un juego directo y basado en el tiro apenas parecía que tuvieran opciones ante la selección local.

Sin embargo, Lituania se durmió en los laureles, hizo una pobre defensa y dejo que Gran Bretaña creyera en sus posibilidades, para llegar a un marcador final apretado y con sustos porque al término del tercer cuarto el resultado fue de 54-57, tras anotar los locales 5 puntos en el periodo.